En la carta dirigida al negociador nuclear iraní, Saeed Jalili, la Alta Representante europea afirma que el objetivo es alcanzar «una solución duradera y global que restaure la confianza internacional en el carácter exclusivamente pacífico del programa nuclear de Irán». Eso se traduce en que el Teherán acepte las resoluciones de la ONU y los informes de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Aunque no se ha fijado todavía fecha y lugar para reanudar las negociaciones, la novedad estaría en que Irán permita el acceso de os inspectores de la OIEA a la base militar de Parchin, para comprobar si el programa de enriquecimiento de uranio tiene o no una dimensión militar. El año pasado Teherán denegó la inspección de las instalaciones y el diálogo se interrumpió.
El impulso a la solución diplomática llega justo después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se entrevistara en Washington con el presidente Barack Obama, para buscar su apoyo en caso de que se decida el ataque. Pero Estados Unidos cree que hay margen para resolver el conflicto. Obama confía en la presión de las sanciones occidentales y ha advertido a los republicanos de que «no es una ligereza hablar de guerra».