«La recomendación debe ayudar a todos los Estados miembros que deseen aplicar esta práctica a controlar los riesgos sanitarios y ambientales y a aumentar la transparencia para los ciudadanos. Además, crea unas condiciones equitativas para las empresas del sector y establece un marco más claro para los inversores», explica la Comisión Europea. Las recomendaciones sobre 'fracking' forman parte de un paquete de medidas que hacen que la UE pierda fuelle respecto al cambio climático.
La regulación sobre el 'fracking' es una petición tanto de la Eurocámara (recomendó su regulación y que se hagan públicos los componentes que se emplean en los pozos de perforación, ya que hasta ahora son ocultados) como de distintos grupos ecologistas. «Se esperaba una exigente directiva sobre 'fracking', en consonancia con informes encargados por instituciones comunitarias. Pero la presión de varios países [entre ellos, Reino Unido y Polonia], ha rebajado las medidas hasta convertirlas en no vinculantes», explican desde Ecologistas en Acción.
300 colectivos europeos de 22 países han dirigido una carta abierta a la Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeo alertando «del error energético, climático y ambiental que supone apostar por esta técnica extractiva». La misiva advierte de «las amenazas de esta actividad» y subraya que «imponer esta técnica contra la voluntad de la gran mayoría de la población europea supone una quiebra democrática». Ecologistas en Acción recuerda que «la Comisión ignora el resultado de la consulta pública que realizó en 2013, donde el 64 por ciento de los europeos se mostraron contrarios a las explotación de los gases no convencionales y un 20 por ciento opinó que sólo debería explotarse bajo una estricta regulación».
El comisario de Medio Ambiente, Janez Potočnik, ha declarado que «el gas de esquisto está despertando grandes expectativas en algunas partes de Europa, pero también es una cuestión que preocupa a los ciudadanos. La Comisión quiere responder a los llamamientos a favor de la adopción de medidas, presentando unos principios mínimos que se invita a los Estados miembros a aplicar. Con ello se pretende salir al paso de las preocupaciones medioambientales y sanitarias, y dar a operadores e inversores la previsibilidad que necesitan». Desde la Comisión añaden que «los impactos y riesgos medioambientales de esa técnica tienen que gestionarse adecuadamente».
Qué es la fractura hidráulica
El 'fracking' es una técnica que trata de explotar el gas acumulado en los poros y fisuras de ciertas rocas sedimentarias con grano muy fino. Según explica Greeenpeace, para ello «es necesario realizar cientos de pozos ocupando amplias áreas (la separación entre ellos ronda entre 0,6 a 2 kilómetros) e inyectar en ellos millones de litros de agua cargados con un cóctel químico y tóxico para extraerlo». Según esta oenegé, el «proceso conlleva una serie de impactos ambientales, algunos de los cuales aún no están plenamente caracterizados o comprendidos, entre ellos contaminación de las aguas subterráneas, contaminación atmosférica, emisión de gases de efecto invernadero (metano), terremotos (sismicidad inducida), contaminación acústica e impactos paisajísticos».
La experiencia de la UE con la fracturación hidráulica de alto volumen a gran escala e intensidad es limitada hasta la fecha, según admite la propia Comisión, quien añade: «Basándose en la experiencia de los Estados Unidos, donde se ha generalizado la aplicación de la fracturación hidráulica de alto volumen, los operadores están realizando nuevos ensayos con esta práctica en la UE».
Esta técnica se utiliza desde hace años en Estados Unidos, donde también ha tenido oposición. El documental de Josh Fox 'Gasland' habla sobre comunidades estadounidenses que se han visto afectadas por este tipo de extracción. La cinta tuvo bastante éxito y fue nominada en 2010 al Oscar como Mejor Película Documental y ese mismo año recibió el Premio Especial del Jurando en Sundance.
Distintas legislaciones
En España aún no ha comenzado la extracción de gas no convencional a través del 'fracking', pero existen permisos concedidos para investigar las reservas en Burgos y el País Vasco (también las hubo en Cantabria pero una ley vetó esta técnica en su territorio). Ante la puerta que ha abierto la Comisión, se ha invitado a los Estados miembros a informar cada año a la Comisión de las medidas adoptadas: «Dentro de dieciocho meses examinará la efectividad de este planteamiento».
En Europa todavía no existe producción comercial de gas pizarra, pero hay países que llevan mucho terreno andado al respecto, como Polonia. Y el Reino Unido, donde se realizaron dos perforaciones, se decretó una moratoria de 18 meses tras la perforación de una falla que provocó pequeños seísmos. La vuelta a la actividad de esta industria ha venido acompañada de grandes exenciones fiscales. En total, diez países de la UE han concedido licencias de prospección y explotación. Argentina, India y Turquía también están empezando a utilizar esta técnica.