Aunque el programa de rescate de Portugal finalizó oficialmente el pasado 17 de mayo, la troika (compuesta por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional) seguirá muy presente en la realidad lusa durante las próximas décadas; al menos hasta que el país haya devuelto gran parte de los 78.000 millones de euros prestados durante los tres años de control económico. De momento, el Estado portugués ha pagado ya 4.400 millones de euros, en comisiones e intereses.
Entre otras cosas, los ejecutivos de la troika –o los hombres de negro, como también se les conoce el país-, valorarán los presupuestos para el próximo año así como el nuevo salario mínimo que, tras llevar tres años congelado, ha subido de los 485 euros al mes a los 505 euros. De hecho, algunos medios de comunicación han informado que esta subida no ha gustado ni en Washington ni en Bruselas.
Según el diario Observador, la troika ve aún la tasa de desempleo (algo menos del 15 por ciento) demasiado alta y considera que el aumento del salario mínimo tendrá un impacto negativo en la contratación de jóvenes y de trabajadores menos cualificados. «La troika piensa que Portugal tiene aún que hacer más esfuerzos para aumentar la competitividad de su economía, y este aumento del salario mínimo perjudica este trabajo, en un momento en el que las señales que animan la balanza comercial están desapareciendo», apunta este diario online.
Irlanda, el primer país europeo en finalizar un programa de ajuste de la troika sin recurrir a ayudas extras, recibió la primera visita 'postroika' a finales de abril; el resultado fue un comunicado conjunto de la Comisión y el Banco Central Europeo en el que se alertaba de algunos temas pero no se daban directrices específicas. Algo similar se espera que ocurra en Portugal. Ahora la novedad es que será una renovada Comisión la que emita un juicio sobre la economía lusa.
Nuevo presupuesto
La llegada de la troika (de la que no se ha concretado fecha) coincidirá con la presentación pública, en la Asamblea, de los presupuestos para 2015 del Ejecutivo de Pedro Passos Coelho. Según lo que ya se adelantó en el Documento de Estrategia Presupuestaria publicado hace unos meses, se espera que se reduzca la tendencia al recorte aplicado durante los tres últimos años a los salarios y las pensiones; y es que, el Tribunal Constitucional ha echado para atrás este año el último recorte salarial anunciado.
Por tanto, y con este precedente, la idea es empezar el próximo año con una reposición progresiva de los salarios (el aumento del mínimo es una muestra) y reducir el déficit tirando de los gastos de los ministerios en unos 1.400 millones de euros.