El Parlamento Europeo ha aprobado por 471 votos a favor, 160 en contra y 42 abstenciones que siga adelante la tramitación de la patente europea, con la exclusión de España e Italia que se oponen a que los idiomas requeridos sean el inglés, alemán y francés. Es lo que se llama «cooperación reforzada».
«De las tres lenguas propuestas por la Comisión para el sistema de patentes, solo una de ellas es comparable en importancia al español», ha dicho el europarlamentario del PP Antonio López-Istúriz. Para el socialista Antonio Masip «asistimos a un lamentable montaje para que el francés y el alemán pasen por encima del español.» El Gobierno español ha dicho ya que recurrirá ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo.
La patente europea se encuentra bloqueada desde hace 10 años, su aprobación requiere unanimidad y España e Italia la vetan por considerar que discrimina a los respectivos idiomas, ya que solo se tramitará en inglés, francés y Alemán. Para sortear el veto se emplea un sistema que permite poner en práctica la medida con el respaldo de un mínimo de 9 Estados . Los países que vetan la propuesta pueden incorporarse a ella en cualquier momento.
En la actualidad, la Oficina Europea de Patentes, a la que pertenecen 37 países, es la encargada de examinar las solicitudes y conceder la patente. Para que tenga efecto en los demás países el inventor debe solicitar la validación en cada uno de ellos lo que le supone enormes gastos administrativos.
Una patente validada en trece países cuesta unos 18.000 euros, de los que 10.000 corresponden a gastos de traducción. Mientras que una patente en EE UU cuesta unos 1.850 euros.