Los europeos pasan por las peores dificultades económicas de la década y tienen pocas esperanzas de una mejoría cercana, la situación empeoró durante el último trimestre de 2012 y, en algunos casos, las condiciones de vida se han deteriorado peligrosamente. Son algunas de las conclusiones del Informe sobre Empleo y Situación Social que acaba de publicar la Comisión Europea.
Según el texto, la proporción de hogares que sufren dificultades económicas es hoy mucho mayor que en cualquier momento de los últimos diez años, afectando a uno de cada cuatro hogares en Europa. Al mismo tiempo, el número de gente que cae en la deuda y la dependencia económica crece constantemente.
Lázsló Andor, Comisario para Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión y autor del informe, ha asegurado que «los efectos adversos de los recortes en el presupuesto público y el aumento de impuestos sobre el empleo y las condiciones de vida son cada vez más evidentes en algunos Estados miembros».
Sin tierra a la vista
Los datos del informe revelan que el desempleo aumentó aún más durante el último trimestre de 2012, llegando a 26,2 millones de parados en la UE y a 19 millones en la zona euro, lo que representa en la actualidad casi un 11% de la población activa. El aumento del paro en el último año ha sido más pronunciado en la zona del euro (+1,1 puntos porcentuales) que en la UE (+0,7 puntos). El desempleo se mantiene, así, en el máximo desde hace 20 años.
Por si fuera poco, el PIB de la UE cayó un 0,5% a finales de 2012, la mayor contracción desde principios de 2009.
Y mientras la economía continuó creciendo en Alemania, Polonia y el Reino Unido, se redujo dramáticamente en Italia, España, Francia, Bulgaria, Chipre, Grecia, Irlanda y Portugal. «Los más pobres suelen ser los más afectados» ha señalado Lázsló Andor refiriéndose a las diferencias entre el norte y el sur. «Ésto indica hasta que punto la crisis en Europa está empeorando y en un número importante de Estados miembro no hay una mejora tangible a la vista», ha añadido Andor.
Récord en desempleo juvenil
No sólo el desempleo juvenil ha alcanzado un nuevo máximo en toda la UE (23,6% de los jóvenes activos estaban desempleados en enero de 2013, un aumento de 1,2 puntos porcentuales con respecto al año anterior), sino que también los periodos de desempleo entre los jóvenes tienden a ser más largos.
El 7,1% de los jóvenes activos han estado sin trabajo durante más de un año, según los datos recabados en el informe sobre el cuarto trimestre de 2012, frente al 6,3% del año anterior. Esta tendencia supone un enorme riesgo en términos de exclusión del mercado laboral y de la sociedad en su conjunto ya que, con cifras generales, el número de jóvenes menores de 25 años que no están ni trabajando ni estudiando, ni en la Formación Profesional representa hoy casi unos 8 millones de jóvenes.
Según el informe, a esta situación se une que el dinero para protección social está cayendo más rápido que en anteriores crisis económicas. La reducción de los presupuestos públicos ha influido negativamente en el empleo tanto de forma directa, a través de la reducción del empleo público, como indirectamente, a través de una menor demanda macroeconómica.
Los cambios en los sistemas fiscales y de prestaciones y los recortes en los salarios del sector público han dado lugar a significativas reducciones en el nivel de ingresos reales de los hogares, ejerciendo una fuerte presión en el nivel de vida de las familias de bajos ingresos.
Los recortes del gasto y el aumento de los impuestos tienen un impacto diferente en los grupos de ingresos altos y bajos y el análisis de estos datos muestra que es crucial que los países hagan un cuidadoso diseño de las reformas presupuestarias para evitar que los más pobres se vean afectados de una forma desproporcionada, como ocurre en el caso de países como Estonia y Lituania.
Una de las conclusiones del informe es que el gasto en protección social desempeña un papel importante para compensar la pérdida de ingresos en los hogares en las primeras fases de la crisis y contribuye a estabilizar la economía. Sin embargo, desde mediados de 2012 este gasto se ha ido reduciendo y en 2102 «fue insignificante», según el texto, incluso en países donde el paro ha seguido aumentando.
Esta reducción del gasto social ha sido mucho más fuerte que en recesiones anteriores, lo que refleja en parte la necesidad excepcional de consolidación fiscal en el contexto de la crisis del euro. El resultado es que se ha neutralizado la función que ejercen como «estabilizadores económicos» los sistemas de protección social en muchos Estados miembros, y esto puede haber contribuido a agravar la recesión, al menos en el corto plazo.
En marzo, el Consejo Europeo ha confirmado que la lucha contra el desempleo y las consecuencias sociales de la crisis sigue siendo una de las principales prioridades de las políticas comunitarias y nacionales.
La salud sufre la crisis
El informe de la Comisión Europea también destaca los impactos que la crisis ha tenido sobre la fertilidad y confirma que, desde 2009, se ha frenado la recuperación que vivía la fertilidad en Europa, deteniéndose en 1,6 hijos por mujer. La edad media del primer nacimiento, se ha mantenido en el umbral de los 30 años pero va en aumento.
En este sentido, numerosos expertos en sanidad, están de acuerdo en que la crisis económica está afectado gravemente a la salud de los europeos, multiplicando los casos de suicidios, de depresión y de enfermedades infecciosas. Al mismo tiempo, una reducción considerable de sus ingresos hace que tengan menos acceso a servicios sanitarios y a medicamentos.
Datos como estos se explican en un análisis de la sanidad europea publicado hoy en The Lancet, donde aseguran que «las tasas de suicidios y de enfermedades infecciosas como el VIH han crecido de forma preocupante en Grecia y se teme que ocurra lo mismo en países muy golpeados por la crisis como Bulgaria o Chipre».
«Hay un claro problema en negar los efectos de la crisis en la salud, incluso aunque sean muy evidentes», asegura el investigador Martin McKee, del Observatorio Europeo de Políticas y Sistemas de Sanidad, y uno de los responsables del estudio de The Lancet. «La Comisión Europea tiene la obligación de contemplar el efecto sobre la salud de todas sus políticas, pero no ha publicado ninguna evaluación del impacto que las medidas de austeridad impuestas por la troika han tenido sobre la salud», ha añadido McKee.
La troika, integrada por la Comisión Europea, el Banco Central y el Fondo Monetario Internacional, es el grupo que se encarga de otorgar los préstamos en caso de rescates económicos.
McKee y el resto de firmantes del estudio, aseguran que los sistemas de salud están viéndose presionados en muchos países europeos, como España, Portugal y Grecia, con consecuencias negativas, la primera, la creciente tendencia a retrasar la busca de ayuda sanitaria, pese a que esto tendrá consecuencias peores para los individuos y costes superiores para los sistemas sanitarios a largo plazo.
En Grecia, según The Lancet, los hospitales ya no pueden mantener los servicios básicos y han advertido un aumento de las infecciones resistentes a antibióticos y la escasez de una serie de medicinas, entre ellas los tratamientos contra la epilepsia.
Las apreciaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) van en la misma dirección. «Europa afronta importantes retos que están redefiniendo las prioridades en la salud y nuestras necesidades para el futuro» asegura Zsuzsanna Jasakm directora de la oficina regional de la OMS en el último 'Informe 2012 sobre la salud en Europa', «hay desigualdades persistentes que en algunos casos están empeorando, algo injusto e innecesario que tenemos que afrontar juntos».