A través de Avaaz («voz», en persa), una organización civil creada en enero de 2007 para promover causas relacionadas con el cambio climático y derechos humanos, la petición invita a la ciudadanía mundial a expresar su apoyo a un ambicioso proyecto para crear la mayor reserva mundial y proteger 135 millones de hectáreas de la selva amazónica, más del doble de Francia.
Avaaz dice que el proyecto no se concretará «a menos que los gobernantes de Brasil, Colombia y Venezuela sepan que la ciudadanía lo quiere».
La organización, que funciona en 15 idiomas y asegura tener más de 30 millones de miembros en 194 países, aboga por «acortar la brecha entre el mundo que tenemos y el que la mayoría de las personas quieren».
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, anunció el 13 de febrero que su país propuso colaborar con Brasil y Venezuela para crear el mayor corredor ecológico del mundo a fin de mitigar los efectos del cambio climático y preservar la biodiversidad.
«Será el mayor corredor ecológico del mundo y constituirá una gran contribución a la lucha de la humanidad por preservar nuestro ambiente; y en el caso de Colombia, preservar nuestra biodiversidad», declaró Santos.
El presidente colombiano agregó que le había encomendado a su ministra de Exteriores, María Angela Holguin, «crear los mecanismos de comunicación con Brasil y Venezuela» para poder presentar una «propuesta concreta y realista que transmita al mundo el enorme aporte que significaría un corredor para preservar a la humanidad y mitigar el cambio climático».
Según Avaaz, «si creamos una gran presión global para salvar a la Amazonia y lo combinamos con encuestas nacionales en los tres países, podemos darle al presidente colombiano el apoyo que necesita para convencer a Brasil y Venezuela».
«Los tres gobernantes buscan oportunidades para destacarse en la próxima cumbre de la ONU sobre el clima», que se realizará en París en diciembre de este año. «Démosela», agregan.
La Amazonia ya se reconoce como vital para la vida en la Tierra, el 10 por ciento de todas las especies conocidas vive allí y sus árboles frenan el cambio climático por su capacidad de almacenar miles de millones de toneladas de dióxido de carbono que, de lo contrario, se liberarían a la atmósfera.
Avaaz señala que «el destino de la selva amazónica pende de un hilo». Tras disminuir algunos años, la deforestación ha comenzado a aumentar otra vez el año pasado y, en Brasil se disparó al 190 por ciento en agosto y septiembre.
Las actuales leyes y estrategias de control no logran frenar a leñadores, mineros y hacendados y, según Avaaz, «la mejor forma de regenerar la selva es mediante grandes reservas y, el corredor ecológico, sería una gran ayuda para ayudar a salvar el frágil ambiente natural de la Amazonia».
Frente a las críticas de quienes sostienen que las reservas frenan el desarrollo económico y que suelen implementarse sin consultar a las comunidades indígenas, Avaaz sostiene que los responsables «de la propuesta se comprometen a participar y colaborar totalmente con los indígenas».
Además, «el 80 por ciento del territorio incluido en el plan ya está protegido, lo que realmente requiere esta propuesta innovadora es una coordinación regional y control», explica la organización.
Según los promotores de la petición, «es una oportunidad de lograr un proyecto tangible y vital que pueda ayudar a garantizar todo nuestro futuro. Si funciona, puede replicarse en otros importantes bosques del mundo. Esto puede sembrar la semilla para ayudar a cuidar el planeta».