Las elecciones legislativas lituanas han sentenciado que los lituanos no quieren más recortes ni más austeridad por mucho que el Fondo Monetario Internacional (FMI) considere que el país báltico ha sido un excelente alumno. Lo que sirve a Washington parece no servirle a un Estado donde 1 de cada 5 ciudadanos vive por debajo del umbral de la pobreza que aboca a los jóvenes a emigrar a Reino Unido o Escandinavia para sortear las dificultades laborales. En 2010, el 4 por ciento del Producto Interior Bruto lituano llegaba del extranjero en forma de remesas enviadas por los emigrantes.
El actual primer ministro, el conservador Andrius Kubilius, no revalidará su cargo tras recibir un serio castigo por su política de austeridad, obediencia ciega al FMI y alianza con la ideología del déficit cero. La política de corte neoliberal practicada por Kubilius ha obtenido 33 escaños en un Parlamento con 144 asientos. Por lo que será imposible que se repita el pacto gubernamental entre las formaciones conservadoras.
Por su parte, los 38 escaños del Partido Socialdemócrata Lituano, los 30 del Partido Laborista y los 11 del partido Orden y Justicia, del expresidente Rolanda Paksas, otorgan una mayoría absoluta al centroizquierda que permitirá que el socialdemócrata Algirdas Butkevicius lidere la entrada de Lituania en el euro y sortee los mandamientos de la diosa austeridad.
La izquierda de Lituania, si cumple con sus promesas electorales, aumentará el salario mínimo, incrementará los programas sociales, provocará un conflicto ideológico contra el déficit cero y los recortes sociales y pospondrá la entrada en el euro hasta 2015. «La gente ha enviado un mensaje claro: quieren un cambio en la economía y en la política social, quieren subir los salarios y crear empleo», asegura el líder socialdemócrata, Algirdas Butkevicius, nada más conocerse el veredicto de los lituanos.
El conservador Kubilius deja un país con el 13 por ciento de desempleo, aunque es la economía que más ha crecido de los Veintisiete en 2011. y una tasa de pobreza que amenaza la estabilidad social de esta pequeña república que se independizó de la URSS en 1991 y forma parte de la Unión Europea desde el año 2004.