Juncker ha presentado su nuevo colegio de comisarios, más político que nunca, en el que la economía tiene un papel predominante, junto con el crecimiento y la moneda única. Ha hablado de su equipo ante una sala de prensa abarrotada en la que ha estado como pez en el agua. Ha mostrado su dominio de las tres lenguas oficiales en las instituciones comunitarias: Inglés, francés y alemán. También ha demostrado su ya conocido sentido del humor e incluso se ha atrevido a hablar en luxemburgués, dialecto del Gran Ducado, ante una prensa atónita y para sorpresa de los intérpretes, que no sabían cómo traducir sus palabras.
El próximo Ejecutivo comunitario tendrá siete vicepresidencias en la que deberán coordinar políticas con diferentes comisarios, según la legislación, algunos de ellos deberán rendir cuentas a uno o más vicepresidentes. A saber:
El holandés Frans Timmermans, primer vicepresidente, será el encargado de velar por el acervo comunitario. «El será mi mano derecha», ha declarado Juncker. De él dependerá que todas las iniciativas legislativas respeten el principio de subsidiariedad, por lo que todos los comisarios tendrán que trabajar conjuntamente con Timmermans.
El finlandés Jyrki Katainen tendrá en sus manos una vicepresidencia encargada del empleo y crecimiento. Bajo su paraguas estarán economía digital, asuntos económicos y monetarios, empleo, estabilidad financiera, mercado interior, acción por el clima, transportes y política regional.
Andrus Ansip será el vicepresidente de mercado único digital que englobará justicia, pero también economía digital, asuntos económicos y monetarios, política regional, mercado interior y agricultura.
Alenka Bratusek, capitaneará la vicepresidencia de la Unión Energética que tiene el objetivo claro de mejorar la eficiencia energética de aquí a 2030. Bajo Bratusek, una de las tres mujeres que ostentará este cargo, dependerán política regional, mercado interior, acción por el clima, transporte, medio ambiente, investigación y desarrollo y agricultura.
A Valdis Dombrovskis le ha tocado el difícil barco con el que navegar a través de las aguas de la regulación monetaria. Él deberá velar por los ajustes de las economías de los Veintiocho, también del déficit y del semestre europeo. Justicia, asuntos económicos, empleo, política regional, estabilidad financiera, mercado interior y educación estará bajo su control. Y deberá trabajar codo con codo con la Comisión que tendrá la difícil tarea de salir de la recesión que ocho años después sigue azotando a los Veintiocho
Kristalina Georgieva, que repite en el Ejecutivo comunitario tras llevar la cartera de Ayuda Humanitaria en la última comisión de Barroso, será la encargada de todos los presupuestos del Ejecutivo comunitario. Al igual que Timmermans, es una 'supercomisaria', según la jerga de Bruselas, en la que todas las legislaciones dependerán también de ella. Asimismo, tendrá la difícil tarea de mejorar la administración pública europea.
La italiana Federica Mogherini, recientemente elegida Alta Representante de Política Exterior, no sólo será la Jefa de la diplomacia europea, también trabajará conjuntamente con los responsables de las carteras de Asuntos de interior, transporte, comercio, Ayuda humanitaria, la relación con terceros países, y cooperación internacional.
La nueva comisión ahora debe pasar el visto bueno del Pleno de Estrasburgo, las audiencias empezarán el 29 de septiembre, donde Cañete será uno de los candidatos más escrutados tras su patinazo en las pasadas elecciones europeas. Juncker se ha mostrado «convencido» de que el ex ministro, encargado en la nueva comisión de Acción por el Clima, pasará el examen. Está previsto que la nueva comisión Juncker asuma el cargo el próximo 3 de noviembre.
De la 'Eurosclerosis' a la revolución
Jean-Claude Juncker cree que es «la última oportunidad» para que los ciudadanos europeos vuelvan a sentirse orgullosos de formar parte de los Veintiocho. Por ello, ha querido crear un Ejecutivo comunitario, el brazo legislativo de la UE, con siete supercomisarios y acabar con ese euroscepticismo que aumentó en las pasadas elecciones y que catapultó a líderes como Beppe Grillo, Marine LePen y Geert Wilders.
Los años setenta, para la historia europea, fue una década terrible. La crisis del petróleo afectó a todo el continente y la desafección de la población europea cultivada tras veinte años de políticas inamovibles provocaron lo que los historiadores denominan como 'euroesclerosis'. Y la solución vino de la mano de Jacques Delors en 1985, que revolucionó y mejoró la Unión Europea como actualmente se conoce, gracias al nacimiento del mercado único.
Algunas décadas después, y porque la historia a menudo es circular, tras el octavo año de recesión y en una Europa en la que una amplia mayoría de ciudadanos no se sienten cómodos con la UE, ni con las políticas de austeridad, Juncker cree que otra revolución es necesaria. El luxemburgués, ya en su discurso de investidura en el Parlamento europeo, recordó a Delors, posiblemente en un guiño al ejecutivo al que quería dar forma.
Así, ha creado una futura Comisión en la que siete vicepresidentes coordinarán veinte comisarios. ¿Quiénes son y cuáles son sus puestos?
Presidente: Jean-Claude Juncker, Luxemburgo
Frans Timmermans: Vicepresidente primero. Control regulatorio, relaciones interinstitucionales, Estado de derecho, Carta de Derechos fundamentales. Países Bajos
Kristalina Goergieva. Vicepresidenta: Presupuestos y Recursos humanos. Bulgaria
Alenka Bratusek: Vicepresidenta: Unión Energética. Eslovenia
Jyrki Katainen. Vicepresidente: Empleo, crecimiento, inversión y competitividad. Finlandia
Valdis Dombrovskis. Vicepresidente: Euro y diálogo social. Letonia
Andrus Ansip: Vicepresidente. Mercado único digital. Estonia
Federica Mogherini: Vicepresidenta. Alta Representante para la Política Exterior y Seguridad. Italia
Vera Jourová: Comisaria de Justicia, consumidores, igualdad de género. República Checa
Günther Oettinger: Economía digital y sociedad. Alemania
Pierre Moscovici: Comisario de Asuntos económicos y financieros. Francia
Marianne Thyssen: Empleo, asuntos sociales. Bélgica
Corina Cretu: Política regional. Rumania
Johannes Hahn: Política europea de vecindad. Austria
Dimistris Avramopoulos: Migración y Asuntos de interior. Grecia
Vytenis Andriukaitis: Salud y Seguridad alimentaria. Lituania
Jonathan Hill: Estabilidad financiera. Reino Unido
Elzbieta Bienkowska: Mercado interior. Polonia
Miguel Arias Cañete: Acción por el Clima y energía. España
Neven Mimica: Cooperación internacional y desarrollo. Croacia
Margrethe Vestager: Competencia. Dinamarca
Maros Sefcovic: Transporte. Eslovaquia
Cecilia Malmström: Comercio. Suecia
Karmenu Vella: Medio Ambiente, Pesca. Malta
Tibor Navracsics: Educación. Hungría
Carlos Moedas: Investigación y Desarrollo. Portugal
Phil Hogan: Agricultura. Irlanda
Christos Stylianides: Ayuda humanitaria. Chipre
La campaña electoral y los negocios de Cañete
Miguel Arias Cañete, ex ministro de agricultura y nuevo comisario de Acción para el Clima, es quizás la figura más controvertida de la Comisión de Juncker. Sus comentarios pocos afortunados a Elena Valenciano durante la campaña electoral, pero también sus intereses económicos en varias petroleras, es presidente de Ducor y Petrologis Canarias, levantará suspicacias en Estrasburgo.
En la pasada legislatura el italiano Rocco Butiglione fue el controvertido, tras unos comentarios homófobos en los que aseguró que ser homosexual era un «pecado». La Eurocámara rara vez olvida y se lo recordó al entonces futuro presidente Jose Manuel Barroso. Ante el miedo de que el Parlamento votara en contra de todo el Ejecutivo, Butiglione, finalmente, fue sustituido in extremis por Antonio Tajani. ¿Le ocurrirá lo mismo a Cañete? Juncker se ha mostrado «convencido» de que no será así, y que el Pleno votará a favor de todo su colegio.
Por el momento, ya ha habido reacciones sobre el puesto que, en principio, el español deberá desempeñar. Por su parte, Ecologistas en Acción ha mostrado su escepticismo y «preocupación» por el papel que desempeñará Cañete al frente de Acción por el Clima. La organización lamenta que Juncker haya nombrado al ex ministro de agricultura y medio ambiente porque su papel en el gobierno de Mariano Rajoy fue en contra de las buenas prácticas, y ponen como ejemplo la ley de costas «que desprotege el litoral» y consideran que la lucha contra el cambio climático bajo su mandato estuvo «abandonado». También rechazan que el encargado de velar por el medio ambiente en la UE sea favorable al fracking y a las prospecciones, y que «defienda los intereses de las grandes petroleras».
En este sentido, Amigos de la Tierra va más allá y asegura que Cañete ha desempeñado una política «nefasta» como ministro. «No podía haber una persona más inadecuada para el puesto dado su historial de daño al medio ambiente y como miembro de un Gobierno que ha acabado con las energías limpias», ha declarado Alejandro González, responsable de Cambio Climático y Energía de la organización.
La portavoz de los socialistas españoles en el Europarlamento, la eurodiputada Iratxe García, cree que la pérdida de la vicepresidencia en el Ejecutivo ha sido «un fracaso» de Rajoy y que España «cuenta hoy menos en la UE». «Su empeño en negociar un paquete con Luis de Guindos como presidente del Eurogrupo y Miguel Arias Cañete como comisario ha sido desastroso. No tenemos ni la presidencia del Eurogrupo ni la vicepresidencia de la Comisión», afirma en un comunicado. Asimismo, la eurodiputada ha añadido que «parece una broma de mal gusto» que Cañete «candidato de un partido negacionista con el cambio climático y de un gobierno que ha sido advertido por la propia Comisión Europea por los recortes en materia de energías renovables, sea el que vaya a dirigir esta cartera», ha aseverado.