Estas últimas incorporaciones son 166 nuevos espacios, de los que más del 90 por ciento son marinos. En el Atlántico, el reino Unido incorpora 9 arrecifes de coral de agua fría, incluidos algunos en torno a la isla Rockall que albergan corales, arañas de mar y otras muchas especies que aún están sin designar.
En el Mediterráneo, los nuevos lugares de la Red Natura 2000 mejorarán la protección de especies emblemáticas en Europa como la tortuga verde Chelonia mydas, la tortuga boba Caretta caretta o la foca monje del Mediterráneo Monachus monachus.
En esta ampliación también hay valiosos hábitats terrestres, como las turberas de Lituania, las llanuras de sal de Hungría o los pastizales ricos en especies de Italia y Chipre.
La gama de espacios protegidos que se ha incorporado es muy amplia y va desde prados de flores hasta grupos de cuevas y lagunas en quince Estados miembros. Son espacios de seis regiones biogeográficas, alpina, atlántica, boreal, continental, mediterránea y panónica.
Los Estados miembros eligen los espacios que quieren que Natura 2000 proteja. La Comisión Europea reconoce oficialmente esas zonas como «Lugares de Importancia Comunitaria». A continuación los Estados tienen seis años para aplicar las medidas de gestión correspondientes y designar los lugares como zonas especiales de conservación.
La Red está formada por unos 26.000 lugares que ocupan el 18% de la superficie de la UE y más de 145.000 km2 de sus mares.