El informe apunta que el empleo ha crecido de manera muy tímida en la mayoría de sectores, así como el número de contratos a tiempo completo, número de horas trabajadas y contratos para jóvenes. La gran preocupación es que la mayoría de las nuevas contrataciones son a tiempo parcial o de carácter temporal, el desempleo total ha batido récords históricos, los parados de larga duración alcanzan los 13 millones y uno de cada tres desempleados lleva más de dos años sin trabajar.
Sobre este asunto, László Andor, comisario de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, ha hecho hincapié en que «algunas tendencias recientes muestran que la recuperación económica sigue siendo frágil y que las mejoras aún son tímidas. Hay crecimiento, pero aún es necesario asegurarse de que se hace sostenible. Lejos de bajar la guardia, es preciso mantener los esfuerzos para apoyar la recuperación macroeconómica y del empleo en la UE». Estos esfuerzos serán el tema principal de la próxima reunión que se hará el ocho de octubre en Milán, donde se reunirán los máximos mandatarios de la UE.
A pesar de que en un buen número de los Estados miembros la situación laboral de los jóvenes ha mejorado, en Grecia y España la realidad es muy distinta, donde las tasas giran en torno al 50% y no parece mejorar. Los puestos de trabajo que se generan para los más jóvenes tampoco son de calidad, la mitad son temporales y casi un cuarto a tiempo parcial. La gran apuesta de la UE en este aspecto reside en el programa de la 'Garantía Juvenil', que trata de mejorar las condiciones laborales y en formar a la mayor parte de menores de 25 años sin trabajo.
Desde la Unión Europea ven esencial que los jóvenes desarrollen sus cualidades, y complementen sus conocimientos con programas adicionales de formación que la propia Unión ofrece. Además estas iniciativas son positivas para buscar empleo, ya que un estudio reciente de la OCDE y la Comisión ha revelado que tanto la enseñanza formal, la adicional y la experiencia adquirida en un puesto de trabajo, son vitales a la hora de hacerse un hueco en el mercado laboral y optar a puestos mejor remunerados. A pesar del esfuerzo, la UE sigue por detrás de países como Japón, Canadá, Corea y Estados Unidos en cuanto a alto nivel de formación.
El estudio incide en que el PIB per cápita y la renta bruta de las familias ha disminuido de forma notable, y en ningún caso ha vuelto a los niveles previos a la crisis. Esto se traduce en que el crecimiento económico, de antes de la crisis, no benefició a todas las economías de la misma manera, sino que contribuyó a generar una brecha de ingresos entre las economías más débiles y las grandes fortunas. Por lo que en la próxima conferencia, «la movilidad más allá del PIB en la gobernanza económica europea» que se celebrará el 10 de octubre en Bruselas, se evaluarán las prácticas futuras para ir más allá del PIB y encontrar un equilibrio.