Por supuesto, detrás de esas cifras se ocultan diferentes cuestiones y problemas. Sin embargo, crece el sentimiento en toda Europa de que las decisiones se están tomando demasiado lejos y sin apenas consulta a las personas cuyas vidas resultan afectadas. Ayer el gobierno británico dio un paso importante para abordar el déficit democrático con la publicación del primero de una serie de cuatro informes que constituirán una exhaustiva auditoría de lo que la UE hace en cada uno de los ámbitos políticos, y cómo afecta dicha acción al pueblo británico.
El estudio se llevará a cabo durante otros 18 meses e incluirá las aportaciones del sector empresarial, los gobiernos y la sociedad civil de toda la UE. Pedimos opiniones sobre cómo afecta la UE a una gran variedad de campos, desde la libre circulación de mercancías hasta el turismo, la cultura y el deporte.
Una vez finalizada, la revisión proporcionará el análisis más exhaustivo del impacto de la pertenencia a la UE realizado hasta la fecha, y proporcionará una base informativa que cualquier nación de la UE podrá aprovechar. Sin embargo, su objetivo es que el público comprenda mejor la situación, no hacer recomendaciones políticas y, desde luego, no trata de sugerir que Reino Unido contemple la posibilidad de salir de la UE.
El gobierno británico sigue teniendo claro que la pertenencia a la UE va en el interés nacional de Reino Unido. Pero también tenemos claro que la UE necesita desarrollar reformas urgentes para ser más competitiva, más flexible y más responsable democráticamente. Esta revisión es una importante contribución en esa dirección. Yo creo firmemente que va en el interés tanto de Reino Unido como de España continuar trabajando juntos para crear una UE que aborde las verdaderas necesidades de nuestras gentes y merezca la confianza de nuestros ciudadanos.