La reacción del arte europeo al horror de la guerra, en el Guggenheim

Los millones de muertos en la Primera Guerra Mundial revolucionaron el arte europeo con una vuelta a los clásicos. El horror provocó el alejamiento de las vanguardias y los grandes artistas se refugiaron en la seguridad del clasicismo antiguo y renacentista. Se acabó el cubismo en Francia, el expresionismo en Alemania o el futurismo en Italia.

El nuevo arte de entreguerras de Braque, Dix, Picasso, Balthus o Léger está estos días en el Museo Guggenheim de Bilbao en la exposición Caos y clasicismo: arte en Francia, Italia, Alemania y España, 1918-1936.

Fragmento de una obra de F. Léger
Fragmento de

El periodo de entreguerras en Europa supuso una convulsión en todos los ámbitos, también en el arte. El concepto experimental de las vanguardias asusta por su fondo y por su forma a los grandes artistas de la época, que vuelven su mirada a los clásicos. Esta revolución o contrarrevolución se exhibe hasta el 15 de mayo en el Museo Guggenheim de Bilbao. Se llama Caos y clasicismo: arte en Francia, Italia, Alemania y España, 1918-1936.

La Primera Guerra Mundial, millonaria en muertos, impactó de tal forma en los creadores que buscaron refugio en el orden, la síntesis y la norma. Ya no había abstracción, ni composiciones fragmentadas ni cuerpos desintegrados, dicen los responsables de la exposición. «Intentaron integrar todas esas corrientes artísticas en un nuevo concepto estético, en el orden de las composiciones, la pureza de líneas y la limpieza de los trazos», dice Kenneth E. Silver, comisario de la muestra.

El cubismo, en Francia; el expresionismo, en Alemania; el futurismo, en Italia; todo se diluye en busca de otros valores perdurables. El Picasso que jugó al cubismo «se quería parecer a Rafael... El regreso al clasicismo le permitió mostrar su técnica y contradecir a aquellos que decían que los vanguardistas carecían de ella», sentencia K. E. Silver.

La escultura cobra protagonismo, como en Grecia, Roma o el Renacimiento. La figura humana se realza, se hace sólida y pétrea. Los arquitectos, como Le Corbusier o Mies van der Rohe, investigan entre un clasicismo moderno y antiguo.

La exposición incorpora muestras del arte español de la época, que no permaneció ajeno al conflicto bélico internacional y vivió su propia experiencia histórica: la caída de la monarquía en 1931 y la guerra civil en 1936.

En total hay 150 piezas que incluyen pintura, escultura, arquitectura, fotografía, cine, moda o artes decorativas. La reacción al horror de la guerra no hizo prever el que llegaría pocos años después.