La mayoría de los países miembros de la zona euro, la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el G20 y hasta EE UU piden un reforzamiento del fondo de rescate europeo, pero el estricto sentido calvinista que la señora Merkel tiene de la realidad europea le impide aprobar ese aumento. Se iba a decidir en una reunión que podría haberse producido después de la cumbre europea, pero Herman van Rompuy, presidente del Consejo prefirió esperar para convocarla y el tiempo le ha dado la razón. Habrá que esperar hasta marzo.
Pero en este Consejo hay muchas otras cosas que decidir, en primer lugar renovar el mandato de Herman van Rompuy como presidente del Consejo europeo. En segundo lugar la carta que doce países de la eurozona, entre ellos España, han dirigido a Van Rompuy y al presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso indicando la necesidad de un debate para impulsar el crecimiento.
El presidente del ejecutivo europeo Barroso, ya ha mostrado este lunes en su intervención ante el europarlamento, que la carta, que no ha sido firmada por Francia ni Alemania, es «extremadamente útil» aunque se ha preguntado con extrañeza por qué no menciona la estrategia «Europa 2020» estandarte de la UE, centrada en el fomento del crecimiento, creación de empleo, investigación, innovación, energía, educación y reducción de la pobreza.
Durao Barroso, admitió que habitualmente «se suele prestar más atención a los aspectos financieros que a los laborales» y que la Comisión quiso convocar una cumbre especial en 2009 sobre el empleo que no les pareció urgente a los líderes de la UE que la aplazaron durante dos años. Destacó que, en su opinión, hay una «desconexión completa» entre las instituciones europeas y los gobiernos nacionales que no ponen en marcha las medidas que se toman en Bruselas. Probablemente el Consejo será largo.
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