Hablamos con Pietro Sebastiani, embajador de Italia en España
El cambio en las instituciones europeas va a marcar, sin duda, el semestre italiano de la presidencia europea, que como ocurrió con Grecia, tiene como reto superar la crisis económica que vive la zona euro. Pero además van a prestar especial atención a otra problemática acuciante, el grave problema humanitario que supone la llegada de decenas de miles de inmigrantes a las fronteras europeas.
Pietro Sebastiani es embajador de Italia en España desde hace un año y medio, una responsabilidad que también ha ocupado en la ONU. Licenciado en Ciencias Políticas, antes estuvo en París y Bruselas.
euroXpress.- Italia es uno de los países fundadores del Tratado de Roma, tiene una larga experiencia en presidencias europeas de turno. ¿En qué han cambiado estas presidencias, especialmente estos últimos años, desde el Tratado de Lisboa, cuando aparece la figura del presidente del Consejo?
Pietro Sebastiani - Italia ejerce la presidencia del Consejo de la UE durante el segundo semestre de 2014, tras haberla ejercido ya otras once veces desde la entrada en vigor del Tratado de Roma en 1958. Para nuestro país es la primera presidencia de turno desde la entrada en vigor del tratado de Lisboa (1 de diciembre de 2009), que modificó el cuadro institucional y el funcionamiento de la UE.
Italia ha definido el programa y las prioridades para los seis meses de Presidencia, fomentando la continuidad del trabajo del Consejo y las Presidencias semestrales que colaboran estrechamente en grupos de tres. El «trío» de presidencias elabora un programa común de actividades del Consejo para un periodo de 18 meses. La Presidencia italiana es la primera del «trío» que incluye a Letonia y Luxemburgo.
eXp.- Además, esta presidencia tiene un valor añadido. Tras las elecciones europeas, todas las instituciones de la UE están «en funciones». ¿Esa situación les obliga a tener un papel más destacado en el contexto europeo?
P.S.- El inicio del semestre de presidencia italiana ha coincidido con la toma de posesión del nuevo Parlamento Europeo, con la renovación de los más altos cargos institucionales de la UE, y en este contexto institucional, la Presidencia italiana actuará para facilitar la transición, crear un ambiente político favorable y fomentar un debate constructivo entre todas las partes interesadas en el proceso de renovación. A ese respecto, es importante concentrarse sobre los contenidos antes que sobre las personas individuales, que deberán, en cualquier caso, tener un perfil adecuado para representar la renovación que deseamos imprimir a Europa.
La prioridad para los contenidos es un elemento clave del criterio de la Presidencia italiana, cuyo programa no por casualidad se titula «Europa. Un nuevo comienzo». El Presidente del Consejo Matteo Renzi pudo, el pasado 2 de julio, explicárselo al Parlamento Europeo, pero el nuevo criterio ya había aparecido con claridad en las modalidades de elección de Jean-Claude Juncker como candidato a Presidente de la Comisión en el Consejo Europeo de junio, que adoptó también una agenda estratégica en la que se indican los contenidos programáticos prioritarios para el ciclo 2014-2019.
eXp.- Asumen la presidencia después de Grecia. Matteo Renzi dejó claro que los dos países son muy importantes en la construcción histórica de Europa y también en el futuro.
P.S.- Con respecto a la historia, lo ha dicho también con mucha claridad el Secretario de Estado español para la Unión Europea, Méndez de Vigo, en el acto solemne de inicio en Madrid de nuestra Presidencia: «la construcción europea parte de los valores y principios que están en las raíces de la civilización en las antiguas Grecia e Italia y que a ellos debemos los ideales de libertad, filosofía, democracia, derecho y moneda». También me ha gustado mucho la mención de Méndez de Vigo a la obra de Ortega y Gasset, recordando la aplicabilidad a la construcción europea de la idea del imperio romano como una vasta tarea de incorporación.
La cultura griega y la cultura romana constituyen sin duda el «humus» sobre el que debe volver a crecer el sentido de identidad y pertenencia de los ciudadanos a las instituciones políticas europeas, para que en la participación democrática pueda por fin formarse un demos, un pueblo europeo. La cultura en general debe desempeñar un papel cada vez más estratégico en Europa, precisamente en el plano de los valores, de la identidad y de la ciudadanía. La Presidencia italiana aspira a que le sea reconocida la máxima importancia incluso como instrumento integrador de las variadas y diversas culturas que confluyen en nuestra Unión.
eXp.- En ese acto en Madrid, dijo que uno de sus objetivos es volver a poner el foco en las personas. Después de unos años en que se ha criticado la importancia que se ha dado a la economía, con importantes recortes sociales, económicos y financieros en los Estados miembros, ustedes recalcan que no se puede olvidar a los ciudadanos.
P.S.- En mi discurso de apertura de la Presidencia italiana de la Unión Europea en Madrid he querido recordar el espíritu de los padres fundadores y su fuerte motivación, retomada después en sucesivos pasos adelante, para construir una Europa de los pueblos y de los ciudadanos. Como en toda comunidad, el elemento constitutivo es la persona, y la atención debe volver a centrarse en las personas. Esto significa dar prioridad al trabajo y al empleo para quienes no lo tienen, en especial los jóvenes. O Europa está en condiciones de asumir la batalla contra el desempleo, como un elemento constitutivo de su propia identidad, o no podrá haber estabilidad alguna.
Sin duda, Italia ha sufrido mucho por la crisis económica, una crisis a la que llegó – como otros países del Sur de Europa – desprevenida y con muchos puntos críticos a los que no se había hecho frente durante los años de crecimiento. Ajustes y reformas eran (y son) necesarios: como ha dicho claramente el Presidente Renzi. Italia puso en marcha hace más de dos años una trayectoria de reformas y de modernización no tanto porque lo pidiese Europa como porque era necesario para el país. Es una trayectoria en cuyo centro debe seguir estando el ciudadano, y el gran apoyo del que disfruta nuestro Presidente del Consejo demuestra que es posible salir de la crisis combinando los imperativos de mayor competitividad y eficiencia de la economía con el consenso de las personas.
eXp.- De hecho, el primer ministro, Matteo Renzi, en el Parlamento dijo que la imagen que ofrece Europa tanto a los ciudadanos como a otros países es una «selfie» aburrida, cansada y resignada. Su presidencia ¿va a ser un revulsivo?
P.S.- Responderé ante todo con una imagen, la del logo ideado por los alumnos de un liceo artístico italiano para nuestra Presidencia: una golondrina, con los colores de Europa y de Italia, que quiere representar el viaje, la esperanza y la libertad. El pico alzado indica la ambición de impulso y reformas de la Presidencia italiana; las alas indican un firme sentido de orientación y una clara visión, además de la protección y el respeto por los más débiles; la cola (que diferencia a la golondrina de las demás aves) pone en evidencia el valor de la diversidad de los pueblos que componen la familia europea.
Éste es el «selfie» que querríamos hacer cuando termine la Presidencia, una fotografía que refleje la imagen de una Europa capaz de reactivar un motor de crecimiento que sepa proteger en un mundo globalizado y altamente competitivo el bienestar de los ciudadanos europeos. Ya lo sabemos: sin crecimiento, Europa no tiene futuro, y para que lo haya se necesita un cambio de rumbo.
Con este espíritu, las prioridades de nuestro semestre se reagrupan en tres grandes áreas: Una Europa que fomente el empleo y el crecimiento económico; una Unión Europea como área de democracia, de derechos y de libertades y reforzar un papel global para la UE. Italia trabajará, por tanto, para reforzar la Europa del crecimiento económico y por una Unión más democrática y capaz de afrontar los retos de la globalización, de ser protagonista en el escenario mundial.
eXp.- ¿Qué tipo de Europa propone Italia para el futuro?
P.S.- Sin duda más Europa, pero sobre todo de mejor calidad para los ciudadanos. Hoy en día, Europa influye continuamente en la trayectoria vital y laboral de los individuos y en las decisiones de política interna de los Gobiernos y el nuestro es un país profundamente europeísta que siente el deber de contribuir a construir una Europa mejor, más ecua, más atenta a los problemas reales de los ciudadanos. La Presidencia italiana quiere afirmar que Europa hoy es un reto actual, en parte superado y en parte aún por superar, y que el europeísmo necesita volver a encontrar la tensión del proyecto mediante iniciativas y políticas concretas. Como dijo el Presidente Renzi, «el verdadero desafío es encontrar el alma de Europa, el sentido profundo de estar juntos».
eXp.- Una presidencia que quiere dejar huella más allá de este semestre
P.S.- De cara al futuro Italia guiará este semestre de Presidencia con la mirada puesta más allá del 31 de diciembre, convocando desde ahora a sus socios europeos y al mundo entero a la gran Exposición Universal de la que, bajo el lema «Nutrir el planeta, Energía para la Vida», Milán será gran anfitriona en 2015. La Exposición Universal de Milán pondrá el foco en un argumento tan antiguo cómo cotidiano, el de la alimentación y llevará a cabo una obra de sensibilización sobre la seguridad alimentaria, abordando temas cruciales como la conservación y gestión atenta de las materias primas, la innovación industrial y la tradición artesanal, la alimentación y la identidad cultural, la lucha contra la desnutrición, la falta de alimentación y la alimentación incorrecta.
eXp.- Italia tenía unas relaciones estrechas con Libia y con otros países del norte de África ¿Cómo les afecta la inestabilidad de esa zona (Turquía, Egipto, Libia...)?
P.S.- Justamente para ofrecer un testimonio inmediato de la atención que el Gobierno italiano presta a los países de la orilla sur del Mediterráneo, el Presidente del Consejo, Matteo Renzi, ha elegido precisamente Túnez como meta de su primera visita al extranjero. Ha sido no sólo una demostración concreta del interés con el que Italia observa los progresos de la propia Túnez, sino también un auspicio hacia los demás países norteafricanos. Será pues crucial, durante nuestro semestre de Presidencia, estimular ulteriormente la colaboración de la UE con los países de la orilla Sur del Mediterráneo. Italia fomentará una coordinación más estrecha con la Unión para el Mediterráneo, que consideramos el foro más apropiado para hacer frente a cuestiones sectoriales y para la puesta en marcha de nuevos programas de cooperación con la orilla Sur. Con el mismo espíritu, tenemos intención de promover los principios democráticos y el desarrollo socioeconómico de la zona.
eXp.- Otra de las problemáticas que quiere abordar Italia es la inmigración ¿Qué propuestas realizan para buscar soluciones reales, a la crisis humanitaria que supone la emigración ilegal?
P.S.- El Mediterráneo es nuestra frontera con el sur, pero también nuestro espacio común. Representa un lugar natural de encuentro, que no puede convertirse en tierra de nadie. Todos tenemos aún en la cabeza las dramáticas imágenes de la tragedia de Lampedusa del pasado mes de octubre. En consecuencia, la emergencia migratoria nos impone la adopción de instrumentos y de políticas comunes y capaces de encontrar soluciones a un fenómeno extraordinario al que los Estados ya no pueden responder individualmente. Es por esta razón que los temas migratorios se han introducido entre las prioridades del semestre de Presidencia italiana del Consejo de la Unión Europea.
eXp.- Usted lleva un año y medio en España, ¿En qué momento se encuentran las relaciones entre ambos países?
P.S.- Lo que a mi entender mejor simboliza la profundidad de las relaciones económicas entre Italia y España es la «resistencia», la capacidad de «aguantar», como se dice aquí, de las empresas incluso en medio de una crisis que ha golpeado duramente y por mucho tiempo a ambas economías. Estos años críticos han tenido sin duda un impacto negativo en las inversiones y en los intercambios comerciales; algunos números se han contraído y los gráficos se han aplanado. Pero las muchas y numerosas empresas italianas no han «abandonado» España. La mayoría han continuado y siguen creyendo en el potencial de este país, tan cercano y rico en semejanzas y afinidades con el nuestro. Quisiera sólo recordar la gran inversión que el Grupo Iveco ha hecho al concentrar su fabricación de vehículos pesados en Madrid y en Castilla y León, y la operación de Grimaldi que ha dotado a la infraestructura clave del puerto de Barcelona de una nueva y moderna terminal de pasajeros.
Las empresas italianas son extrañas, en general, a la lógica del «muerde y huye». Tienden más bien a radicarse y a crecer porque reconocen aquí un tejido económico parecido muchas veces al de las áreas más productivas de Italia, y que se caracteriza por una fuerte presencia de PYMES y por el modelo de los distritos industriales.