«Ningún gobierno ha sido tan dañino para nuestros recursos naturales como éste», ha denunciado Juan López de Uralde, activista y portavoz de Equo, un partido político que se define por la defensa de la sostenibilidad y que acaba de lograr un asiento en el Parlamento Europeo. «La política energética del gobierno sólo se puede entender si tenemos en cuenta intereses privados en lugar de la defensa del bien común. Es irresponsable y ha echado por tierra los tímidos avances que se habían conseguido en esta materia. Acabar con las renovables y apostar por el fracking y por las energías nucleares es temerario y dañino», ha denunciado Uralde.
En el Día Mundial del Medio Ambiente, las críticas a la gestión energética también llegan desde las organizaciones sociales. Por ejemplo, Ecologistas en Acción reclama un nuevo rumbo en las «políticas cortoplacistas que se están aplicando en materia energética, basadas en la perpetuación de un modelo que se ha demostrado insostenible y que tiene los días contados. La defensa de la fractura hidráulica, una técnica para extracción de gas natural y petróleo de rocas porosas, o la extracción de petróleo de aguas profundas, ambas técnicas con peligrosos impactos sociales y ambientales, son un ejemplo de esta huida hacia delante».
El reciente visto bueno a las prospecciones en Canarias ha sido la última noticia que ha demostrado el color de la actual política energética, en unos momentos en el que los informes científicos apuntan a que la única forma de limitar los negativos efectos del cambio climático es dejar bajo tierra la mayor parte de las reservas de combustibles fósiles. «Resulta chocante que esta decisión tan impopular se tome justo ahora, una vez pasadas las elecciones al Parlamento Europeo», apuntan desde las principales organizaciones ecologistas de España.
La lucha contra el cambio climático
El último informe del Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC), presentado el pasado mes de marzo, dejaba clara la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, un factor «del que dependerá lo que suceda en muchas partes del mundo en los próximos años», apuntó el presidente del IPCC, Rajendra Pachauri. Una forma de limitar el incremento de temperatura de forma que no se produzcan los efectos más intensos del calentamiento global es dejar bajo tierra la mayor parte de las reservas conocidas de hidrocarburos fósiles, así como la reducción del consumo y la apuesta por las renovables.
«Se puede detener la catástrofe climática y es favorable para la economía global», recuerdan Los Verdes europeos al respecto. «El IPCC dejó claro que la inacción dañará la economía mundial de manera exponencial. Si no invertimos en energías renovables ahora, los costes serán mucho más altos para todos nosotros», apuntan desde la coalición que exige a la Unión Europea que se convierta en líder mundial en la diplomacia sobre el clima.
«Tenemos que deshacernos de nuestra adicción a los combustibles fósiles, y sustituirlos por las energías renovables para completar la transformación a la energía limpia. Eso incluye una fuerte dedicación a la eficiencia energética y reducir el desperdicio de energía. Los gobiernos de todo el mundo deben actuar ahora, y Europa deben tomar la iniciativa», añaden.
Ska Keller, candidata de Los Verdes a presidir la Comisión Europea, ha asegurado por su parte que «los últimos tres informes del IPCC han demostrado la insuficiencia de los gobiernos para actuar sobre el cambio climático y asegurar un futuro habitable para sus ciudadanos y de las generaciones venideras. La inacción es simplemente más costosa y arriesgada».
El papel de la Comisión Europea
Las políticas europeas respecto al cambio climático, y por extensión respecto a la energía ya que son materias íntimamente ligadas, tienen análisis muy distintos. Mientras el Gobierno español insiste en los combustibles fósiles como salida hacia adelante, la UE insiste en las fuentes renovables como estrategia para combatir el cambio climático.
La Comisión Europea considera que la apuesta por una mayor utilización de energía eólica, solar, hidroeléctrica, mareomotriz, geotérmica y fuentes de biomasa hacen que la UE dependa menos de las importaciones de energía; sin olvidar que impulsa la innovación y el empleo. «Sin embargo, la industria es prudente a la hora de invertir más en energías renovables. Hay incertidumbre sobre la futura política de la UE y los costes no descienden rápidamente. Si el precio de la energía renovable sigue siendo mucho más elevado que el coste de los combustibles fósiles, su crecimiento en el mercado disminuirá después de 2020», añade la Comisión.
Como telón de fondo que enreda aún más el panorama, está la crisis política y el conflicto en Ucrania, que están poniendo en entredicho la seguridad energética de la Unión. «Tirar el dinero en nuevas infraestructuras de gas como el corredor Meridional, que unirá el Mar Caspio y Oriente Medio con Europa no va a solucionar la dependencia que la UE tiene de los combustibles fósiles importados. Europa sigue enganchada a una energía cara y altamente contaminante. No hay que cambiar de proveedor, hay que dejar el hábito», ha declarado Marina Bevacqua, responsable de la Campaña de Energías Renovables de Greenpeace.
«Solo una estrategia que priorice el ahorro energético y el desarrollo de energía renovable reducirá significativamente la dependencia de Europa de las importaciones de energía en el corto y largo plazo», ha añadido Bevacqua. Según esta oenegé, la UE gastó 421.000 millones de euros en 2012 en comprar más de la mitad de su energía (el 53 por ciento) al extranjero.
Recuerda que un informe de la propia Comisión muestra que desarrollando las energías renovables y tomando medidas de ahorro energético ambiciosas, se pueden reducir las importaciones de energía de manera significativa.