El IMK asegura que la crisis de la eurozona solo se podrá superar si los gobiernos abandonan sus programas de consolidación presupuestaria. Hace hincapié en que los «programas de ahorro excesivo» sólo han dado lugar a más deuda en los países que ya estaban afectados por la crisis. «Los gobiernos europeos llevan dos años tratando de salir de la crisis a través del ahorro. Eso no ha funcionado. Por el contrario, cada vez más países caen en la recesión, lo que lleva a un aumento de la deuda».
El director del IMK, Gustav Horn, ha dicho a los periodistas que Alemania podría ayudar a aliviar la crisis subiendo los salarios a sus trabajadores por encima de la media de la eurozona, «para ayudar a la estabilidad europea y alemana, Alemania debería subir los sueldos los dos próximos años un 4 por ciento o un poco más». Con estos ingresos suplementarios se impulsaría el consumo interno, y las importaciones desde otros países de la eurozona ayudarían a dinamizar sus economías.
El grupo de expertos es partidario de que se cree un Fondo de Amortización de la Deuda que debería reunir la deuda de los países de la eurozona que supere el 60 por ciento del PIB. Ese fondo podría emitir bonos comunes garantizados por todos los Estados de la moneda única. Cada país debería crear un impuesto destinado a cubrir las obligaciones del fondo.
Para IMK la caída de la demanda en la zona euro acabará por afectar a Alemania a largo plazo «la economía alemana será capaz este año de mantenerse a flote. Pero la recesión en la zona euro le lastra. Una razón que por sí sola debería bastar para ayudar a los vecinos a encontrar lo más rápidamente posible la senda del crecimiento».
Los periodistas han preguntado a Horn si para poder cambiar el rumbo de la política económica no debería efectuarse un cambio también en la cancillería alemana. Es decir, si Angela Merkel principal promotora del rigor y el ajuste no debería dejar su cargo. Gustav Horn ha contestado que el trabajo del Instituto «no es sugerir un cambio de gobierno sino proponer una política económica sensata».
A la Federación de la Industria Alemana (BDI), no le ha gustado el informe. Su presidente Ulrich Grillo, ha dicho que son las políticas de moderación salarial las que han permitido a Alemania ser competitiva. «Tenemos que asegurarnos de no perder nuestra posición en los mercados mundiales», ha insistido.
Pero no es únicamente la opinión del IMK. El jefe de los economistas del Fondo Monetario Internacional (FMI) Olivier Blanchard y el también economista de la institución Daniel Leigh publicaban un artículo a mediados de la semana pasada en el que aseguran que los economistas de la institución se equivocaron al hacer las predicciones y sugerencias a los países de la eurozona de que llevaran una estricta política de ajustes, el título del informe no deja lugar a dudas «Errores en el pronóstico de crecimiento y Multiplicadores Fiscales».
Los dos economistas explican que «los autores de los pronósticos subestimaron significativamente el incremento del paro, la caída del consumo privado y la inversión asociados a la consolidación fiscal». Aseguran que la austeridad que siguen a rajatabla Grecia, Portugal o España, es un error. Que la estimación de 0,5 euros de contracción por cada euro de ajuste era muy optimista. La realidad ha demostrado que el efecto de los recortes es tres veces mayor, y que la economía disminuye 1,5 euros por cada euro de ajuste.
Lo más curioso es que el FMI publica el informe de sus dos principales economistas en la página web oficial con un aviso de «descarga de responsabilidad» en el que dice que el documento no representa la opinión del FMI ni su política.