Hablamos con Siddharth Chatterjee, jefe diplomático y director de asociaciones estratégicas y relaciones internacionales en la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja
Por Anna Shen
Siddharth Chatterjee dedica su trabajo a luchar para que ningún niño o niña en el mundo padezca poliomielitis, que él conoció en carne propia. Antes de su trabajo en la Cruz Roja y la Media Luna Roja estuvo en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), actuando en la línea de fuego para erradicar la polio en Sudán del Sur, Darfur y Somalia.
Con toda la atención que se puso en combatir la poliomielitis, ¿por qué hay nuevos brotes?
Siddharth Chatterjee: Cuando se creó la Iniciativa Mundial de Erradicación de la Poliomielitis (GPEI, por sus siglas en inglés), en 1988, el poliovirus salvaje que la causa estaba presente en 125 países, y paralizaba o mataba a 1.000 personas por día. Ahora los casos de polio se han reducido en un 99 por ciento. En 2012 se reportaron solo 223 en todo el mundo.
El Consejo de Monitoreo Independiente de GPEI destacó hace poco que el virus de la polio «ha sido derrotado, pero sin duda no ha sido eliminado».
Los brotes se dan en grandes poblaciones de niños y niñas que no están inmunizados. Y esto puede pasar por tres motivos: la calidad de las campañas de vacunación, la inseguridad, como los recientes hechos de violencia en Pakistán, y la movilidad de algunas poblaciones que impide el acceso a los niños.
Para frenar este brote necesitamos atacar continuamente el virus con vacunas y reiteradas rondas de inmunización, y hallar la forma de llegar a áreas inseguras y de difícil acceso.
¿Cuál es el mayor obstáculo para erradicar la polio y cómo se supera?
SC: Los mitos y la información engañosa, el analfabetismo, la pobreza extrema, los sistemas de salud débiles, la inseguridad y la infraestructura de mala calidad son desafíos reales para la vacunación y para la expansión general de la atención sanitaria.
En 2005, cuando trabajaba para Unicef en Somalia, observé que después de dos años sin un solo caso, la polio volvió y paralizó a 228 niños. Se hicieron denodados esfuerzos para movilizar a la gente y aplicar respuestas intensivas y a gran escala, superando enormes desafíos logísticos y de seguridad y canalizando una importante cantidad de dinero. Todo eso ayudó a frenar la propagación.
A través de la Media Luna Roja de Somalia logramos acceder a algunas de las áreas más inseguras.
Una experiencia similar viví en Darfur. En zonas inseguras tenemos que hablar con todos, más allá de su posición política o ideológica, y tenemos que alinearlos en torno a un tema central: los niños y su bienestar.
¿Por qué la mira está puesta solo en la polio? ¿Qué está haciendo la comunidad internacional para frenar otras enfermedades que se pueden prevenir con vacunas?
SC: En los últimos años el mundo ha hecho enormes avances contra una gama de enfermedades prevenibles mediante vacunas. La Alianza GAVI, que busca ampliar el acceso a las inoculaciones en países de bajos ingresos, contribuyó con la inmunización de más de 370 millones de niños y niñas desde 2000.
El mayor legado del movimiento por la erradicación de la polio bien puede ser la fundación de sistemas de salud más fuertes. El programa contra la polio ya está llegando a niños que antes eran inaccesibles, combinando estos esfuerzos con otros recursos de atención a la salud.
Estamos construyendo un sistema que puede aumentar el acceso no solo a las vacunas, sino también a otras medicinas, mosquiteros para prevenir el paludismo, agua limpia, acceso a un saneamiento adecuado, promoción de la higiene, una mejor nutrición, servicios de salud reproductiva, etcétera.
La comunidad internacional, ¿ha hecho suficiente?
SC: La comunidad internacional ha sido formidable y, francamente, sin su apoyo no habríamos llegado tan lejos.
A finales de abril estuve en la Cumbre Mundial de las Vacunas en Abu Dhabi. Los líderes asistentes hicieron explícita su confianza en el plan estratégico de GPEI y se comprometieron a aportar 4.000 millones de dólares, casi las tres cuartas partes del coste total del plan, en los próximos seis años.
¿Cuál es la fase final para erradicar la polio?
SC: Necesitamos una victoria decisiva. El plan estratégico de GPEI para la erradicación de la poliomielitis entre 2013 y 2018, lanzado a comienzos de este año, plantea un marco claro para interrumpir la transmisión del poliovirus salvaje y para introducir una dosis de vacuna de polio inactivada en los esquemas comunes de inmunización de todo el mundo, a fin de eliminar simultáneamente el riesgo de contraer el poliovirus a consecuencia de la vacuna.
La Federación Internacional va de lo global a lo local. Con 187 sociedades nacionales y casi 100 millones de empleados y voluntarios, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y la Media Luna Roja pueden llegar a cada niño y niña. Nuestros voluntarios hablan el idioma, viven en esas comunidades, se comprometen con los líderes comunitarios.
El informe de actualización de socios de GPEI lo describe a usted como una de las figuras más influyentes del mundo. Además, ha escrito mucho sobre la erradicación de la polio. ¿Qué es lo que más lo moviliza?
SC: He visto madres llorando sin consuelo porque sus hijos contrajeron poliomielitis. Muchos quedaron paralizados y otros muchos murieron. Eso rompe el corazón. También he visto a jóvenes que sobrevivieron y quedaron lisiados de por vida.
Es también un asunto personal: yo mismo sobreviví a la polio y fui muy afortunado. De hecho, muchos miles de infantes se enfermaron en India en un pasado no tan lejano, y fueron obligados a vivir padecimientos y frustración por la pobreza, la ignorancia y la escasa atención de salud.
Por eso quiero que la polio se erradique para siempre. Sería el mayor regalo que podríamos hacerle a la infancia del mundo.