El país tiene una de las coberturas más bajas de Europa en materia de inoculaciones, especialmente entre niños y niñas, y los casos de algunas enfermedades prevenibles han aumentado en los últimos años.
Funcionarios internacionales de salud dicen que están trabajando con las autoridades ucranianas para mejorar la proporción de las inmunizaciones, pero temen que pueda haber importantes brotes de enfermedades en el futuro, poniendo vidas en riesgo, a menos que se avance en la cantidad de vacunaciones.
«Hay un riesgo muy real de que la poliomielitis pueda volver y de que puedan producirse brotes de otras enfermedades, como paperas y rubeola. Solo podemos esperar otros brotes en el futuro a menos que se mejore la cobertura, que ahora está en su punto más bajo en 20 años en Ucrania», dice la doctora Dorit Nitzan, representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en este país.
Las vacunaciones se han reducido mucho en Ucrania desde 2008, cuando un adolescente murió tras ser inoculado contra el sarampión y la rubeola.
Erróneamente, se dijo que el deceso había sido causado por la inyección, y una confusa respuesta inicial del gobierno y el arresto del ministro de Salud de entonces, en lo que algunos críticos sostienen que fue una medida puramente política, dejó a gran parte de la población con miedo ante la seguridad o no de las vacunas.
Este temor continúa arraigado en muchos hasta la actualidad. Un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) muestra que un tercio de los padres ucranianos están en contra de las inmunizaciones.
La proporción de vacunaciones entre niños y niñas es particularmente baja. Aunque pautas nacionales de salud determinan que la población infantil debe inocularse contra 10 enfermedades infecciosas, entre ellas la polio, la rubeola, la tosferina y el sarampión, apenas un 50 por ciento está totalmente inmunizada.
Esa proporción representa un declive en relación a los registros de 2008, cuando era del 80 por ciento, según Unicef.
Olga Denisova, una asistente de ventas de 33 años de Kiev, comenta que llevó a su hija adolescente a vacunarse, pero que estaba muy preocupada por la seguridad de esos medicamentos.
«Como madre, por supuesto que estoy preocupada. Oigo tantas historias sobre vacunas que no son seguras que es difícil no preocuparse. La gente no tiene suficiente información sobre las vacunaciones y el gobierno debería decirle más sobre ellas», plantea.
«Sé que a causa de las escasas vacunaciones puede haber casos de polio aquí. Eso me asusta. Y si yo misma y otras madres estamos preocupadas por las vacunas, hay algo que está mal en el proceso de vacunación», señala.
Las vacunaciones infantiles no son obligatorias por ley, pero los niños no pueden empezar la escuela sin certificados que muestren que fueron inmunizados. Sin embargo, los padres eluden esta norma obteniendo documentos falsos.
Estos temores también son reforzados, tal vez sorprendentemente, por los trabajadores locales de la salud. Muchos de ellos adoptan una posición apática e incluso desdeñosa hacia las vacunas.
«Trabajamos para intentar que el personal médico promueva activamente la vacunación», dice Nitzan. Según ella, a muchos les preocupa que, como ocurrió con los médicos en el caso de la muerte del adolescente inmunizado en 2008, puedan castigarlos o arrestarlos si alguien tiene una reacción adversa a una inoculación.
Aunque la OMS, Unicef y algunos prestigiosos médicos ucranianos se han mostrado dispuestos a crear conciencia sobre la seguridad y la importancia de la inmunización, es fácil encontrar profesionales que sostienen que las vacunas son dañinas. Incluso cuando haya personas que quieran vacunarse, no siempre pueden hacerlo.
La inmunización es gratuita en los centros de salud del Estado, pero a menudo los hospitales se quedan sin reservas durante varios meses. Algunas madres dijeron a los medios de comunicación locales que tuvieron que esperar 10 meses en las clínicas de sus zonas para que sus hijos recibieran las vacunas que necesitaban.
Aunque algunas resuelven la situación pagando de su propio bolsillo en una farmacia, no todos los padres pueden darse el lujo de hacer eso en un país donde el salario medio mensual es de 300 euros.
La escasez en los hospitales se debe a una combinación de falta de financiación, corrupción e ineficientes procedimientos de compra de vacunas. El presupuesto estatal se encuentra bajo presión, con una economía que se esfuerza por mantenerse a flote desde la crisis financiera de 2008. El gobierno dice que tiene fondos para cubrir alrededor del 65 por ciento de las necesidades de vacunas de la nación.
Los procesos de compra de estos fármacos también han sido muy criticados por ineficientes, y porque la falta de previsión condujo a problemas con los suministros. Son frecuentes las denuncias de corrupción en los procesos de licitación de vacunas, se inflan los precios que el Ministerio de Salud paga por ellas y, eso hace que haya menos de estos medicamentos disponibles.
Funcionarios del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo dijeron a algunos medios ucranianos que los «intereses privados en las licitaciones de vacunas» eran los responsables de su escasez.
Todos estos problemas combinados han hecho que Ucrania se encuentre con un serio desafío sanitario, según la OMS.
Preocupa particularmente que pueda producirse un brote de polio, enfermedad casi completamente erradicada de Europa. Apenas el 74 por ciento de la población está inmunizada contra ella, en comparación con los promedios de Europa y Estados Unidos, que registran más del 90 por ciento.
Ante la amenaza de un brote, la OMS lideró en mayo un ejercicio de simulación en Ucrania, y confía en que la situación pueda mejorar.
«Lo que se necesita son mejores mecanismos de compra, mejores capacidades, mejores informes, por ejemplo investigaciones adecuadas cuando se produzcan situaciones adversas, y por supuesto una campaña de información para crear confianza en el público», afirma Nitzan.
«De todos modos somos optimistas. La nueva ministra ucraniana de Salud, Raisa Bogatyrova, está comprometida no solo con la salud pública en general, sino específicamente con las vacunas. Solo podemos esperar que haya un apoyo transversal desde otros ministerios involucrados en la salud en Ucrania, como el de Finanzas, y así se podrá lograr avances» en la cobertura inmunitaria, dice esperanzada.