En la región de Toulouse se ha decretado la máxima alerta y se ha rearmado a los policías municipales para localizar al responsable de la matanza en un colegio judío que, según las autoridades, sería el mismo que mató a tres militares en la misma zona la semana pasada. El retrato-robot que se ha hecho del asesino responde a un exsoldado de ideología nazi, tan calculador que habría grabado sus crímenes con una cámara colgada del cuello.
«Hemos llegado a la cumbre de la barbarie» decía el ministro francés del Interior, Claude Guéant, en declaraciones a la emisora de radio Europe 1, tras desvelar que, según algunos testigos, el autor de los disparos en el colegio judío de Toulouse Ozar Harorah grabó en vídeo los hechos.
«Se está investigando entre los miembros que han sido expulsados del Ejército y que podrían tener deseos de venganza y que mantenían actitudes neonazis», ha dicho Guéant, aunque ha aclarado que no es la única línea de investigación y que no se descartan otras hipótesis, incluída la vía de Al Qaeda.
Las víctimas del ataque al colegio son el rabino Jonathan Sandler (30 años), sus dos hijos Gabriel y Arieh (4 y 5 años) y Myriam Monsonego (7 años). Otro joven se encuentra en estado muy grave.
Una vez que la policía ha establecido un vínculo claro entre la matanza del colegio judío y los anteriores ataques en Toulouse y Montauban, se ha conocido que los fallecidos en estos últimos ataques son tres legionarios franceses, árabes y de raza negra: Imad Ibn Ziaten (30 años), Abel Chennouf (25 años) y Mohammed Legouad (24 años). La descripción del asesino que hacen los testigos en todos los casos es similar, la moto que utilizaba era la misma, igual que el arma utilizada en los tiroteos. El móvil étnico o cultural se ha hecho evidente para los investigadores.
El gobierno ha decretado la alerta escarlata, para amenazas terroristas, y ha hecho un despliegue impresionante de medios en la zona de los ataques. Los medios informativos franceses hablan de estado de shock de la población y la localización del asesino es ahora la prioridad para las autoridades francesas. El ministro de Exteriores, Alain Juppé, ha asegurado que el gobierno va a poner «todos los medios posibles e imaginables» para encontrar al autor de los crímenes: «Lo encontraremos, lo llevaremos ante la justicia y será castigado».
El suceso ha paralizado la campaña electoral francesa y el tema de la seguridad ha pasado a primer plano, desplazando a la economía en las declaraciones de los líderes políticos. El presidente Sarkozy ha participado en un homenaje a las víctimas en una escuela de París y en todos los colegios e instituciones de Francia se ha guardado un minuto de silencio.