«Me gustaría tener una casa grande y que mi familia no tuviera que pedir comida ni ropa», nos dice Encarni, de 12 años recién cumplidos, en la pequeña vivienda que comparte con cinco familiares en un barrio precario de la ciudad española de Málaga.
De ojos marrones y frente grande, cabello castaño y liso a la altura de los hombros, Encarni es uno de los rostros de la pobreza infantil en España donde la tasa ha crecido un 28,5 por ciento desde 2008, según el informe que el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef) difundió este martes.El documento «Los niños de la recesión», que analiza 41 países considerados ricos, indica que el índice de pobreza infantil en España ha pasado del 28,2 en 2008, al 36,3 por ciento en 2013, e incluye a este país entre los «más afectados» por la crisis económica junto a Chipre, Croacia, Grecia, Irlanda, Italia y Portugal.
Casi todos los días a media tarde Encarni acompaña a su madre y a su tía a buscar alimentos a Er Banco Güeno, un comedor social autogestionado por los vecinos del barrio de La Palma-Palmilla, que ocupa desde hace dos años el local de una antigua sede bancaria y brinda las tres comidas a personas necesitadas.
«Trabajé en la construcción hasta el comienzo de la crisis en 2008 cuando me despidieron», nos cuenta el padrastro de la niña, Antonio Delgado, quien desde entonces no ha vuelto a encontrar empleo y ha hecho de todo «desde recoger chatarra a vender en mercadillos».
De rostro enjuto y dentadura maltrecha, Antonio hace pequeños arreglos que apenas le reportan unos euros diarios, valiéndose de una máquina soldadora y otra para inflar ruedas, apostadas en el pasillo de la casa, un piso al que se accede desde la calle y en cuya entrada cuelgan varias jaulas con pájaros.
Encarni detalla que su madre, Inmaculada Rodríguez, trabajó durante un par de meses cuidando a una persona mayor, pero la despidieron.
En España, un país de 47 millones de personas, el desempleo afecta al 23,6 por ciento de la población activa, pero en la comunidad de Andalucía, donde se ubica Málaga, se eleva al 35,2 por ciento, según el Instituto Nacional de Estadística (INE)
«Me gusta mucho ir al colegio. Sobre todo hacer gimnasia», cuenta la niña con su voz dulce, aunque le entristece sentirse a veces apartada por sus compañeros, porque «vieron cómo entraba en el comedor social a pedir comida». «Pero yo no les hago caso», agrega con una media sonrisa.
Hace unos días su tía y sus tres primos se trasladaron a otra vivienda cercana, pero hasta entonces en la casa de Encarni convivían 11 personas, según enumeran cuando comparten su realidad cotidiana con nosotros.
Ella dormía en la cama de arriba de una litera con su prima Estefanía, un año mayor que ella, y en la de abajo su tía Ana María y su hijo Juan José, de nueve años. Al lado, en una cuna pasaba las noches su otro primo, Ismael, de dos años y medio.
La madre de Encarni, su padrastro y otros cuatro familiares se repartían el resto de las estancias de la casa que cuenta solo con un baño pequeño al que se llega sorteando un tendedero, donde la ropa recién lavada se seca al aire de un ventilador cerca de la cocina.
Estefanía e Ismael sufren de epilepsia, cuenta su madre, Ana María, que está desempleada y nos muestra la caja donde guarda varios medicamentos que deben tomar a diario.
«¿Tu casa es grande?, nos pregunta Encarni, mientras acaricia el lomo de su perro, un cariñoso cachorro de pelo negro al que llaman Gordo. Y después interroga: «¿de dónde sacan el dinero los ricos?».
El informe «Iguales: Acabemos con la desigualdad extrema. Es hora de cambiar las reglas», lanzado el jueves 30 por la organización humanitaria Oxfam Intermon, revela que el uno por ciento de los españoles más ricos tienen tanto como el 70 por ciento de todos los ciudadanos.
Lo que es más lacerante aún, durante la crisis los multimillonarios más que duplicaron en el mundo, al pasar de 793 en 2008, a 1.645 en 2014. Esto, según la organización, refleja que la recesión fue beneficiosa para aquellos que más riqueza acumulan.
España, en particular, es uno de los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde más crecieron las desigualdades entre ricos y pobres durante la crisis financiera, según su informe Panorama de la Sociedad 2014.
Entre 2007 y 2010, los ingresos del 10 por ciento de la población española más pobre cayeron un 14 por ciento de media anual, mientras que en los otros países de la OCDE solo se redujeron más del cinco por ciento en México, Grecia, Irlanda, Estonia e Italia, y en ninguno lo hizo más del 10 por ciento.
Encarni quiere ser jueza cuando sea mayor, pero por ahora se conformaría con poder «vestir bien» y poder ir a comprar más al supermercado.
«Todo lo que está aquí nos lo dieron porque mis padres no tienen suficiente dinero», explica señalando la ropa doblada en estantes, los paquetes de arroz y lentejas en una repisa alta de la habitación y hasta la mochila que le regaló una vecina para el colegio, donde almuerza diariamente gratis por la falta de renta familiar.
A Encarni le gusta jugar a saltar el elástico, la comba, balancearse en los columpios que hay cerca de su casa y que su padrastro la lleve en la bicicleta.
También comer dulces, cantar y bailar junto a su prima Estefanía, que este verano disfrutó por primera vez de un baño en el mar pese a vivir a escasos kilómetros de la playa. «El agua sabía a sal», rememora la niña.
De cada 100 niños en riesgo de pobreza en España, 25 se encuentran en Andalucía, 15 en Cataluña, 10 en Valencia y 10 más en Madrid y el resto en las otras comunidades autónomas, según datos del INE.
Así los recoge la organización Educo en su informe «Niños y niñas, los más vulnerables en todas las comunidades autónomas».
El nuevo estudio de Unicef alerta de que 2,6 millones de niños han caído en la pobreza a causa de la crisis económica en los países más prósperos, por lo que el número total de niños pobres en el Norte industrial se eleva ya a 76,5 millones.
Con el cabello suelto recién peinado, sentada en una cama cerca de una ventana, mientras la televisión escupe noticias sobre los últimos escándalos de corrupción en este país, Encarni abraza a su pequeño primo Ismael, que aprieta un trozo de pan en su mano, y espera que caiga la noche.