Los nuevos datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) confirman la desigualdad en los ingresos y por tanto un aumento del empobrecimiento en sus países miembros. Las cifras recientemente publicadas, y que hacen referencia al año 2011, indican que la distribución de ingresos antes de impuestos «sigue siendo significativamente más desigual de lo que era antes».
La OCDE pone énfasis en que la pobreza ha aumentado en muchos de sus países desde 2007, lo que ha eliminado los progresos que se habían producido en los 20 años anteriores en la mejora de los niveles de vida de los hogares de bajos ingresos.
Los casos más significativos son los de España y Grecia donde la desigualdad de ingresos, excluyendo el efecto de las prestaciones sociales, se amplió en 1,5 y 3 puntos porcentuales respectivamente, entre 2010 y 2011. Una desigualdad que también ha aumentado, en más de un uno por ciento, en Alemania, Luxemburgo y Portugal en el mismo periodo. En cambio, disminuyó en Australia, Canadá, Irlanda, Israel y Suecia.
Según las personas responsables del estudio, la evolución del caso de España está directamente relacionado con la pérdida masiva de empleo durante la crisis, lo que ha originado grandes diferencias de ingresos entre las personas empleadas y las que no. Por otro lado, durante la primera fase de la crisis sí que existían mecanismos sociales que compensaban el fenómeno del desempleo, como ayudas sociales y mecanismos fiscales, herramientas que en muchos de ellos han desaparecido.
Y es que, en general, en todos los países que integran la OCDE, los impuestos y las transferencias, como las prestaciones por desempleo y otro tipo de subsidios, han ayudado a mitigar el impacto de la reducción de ingresos. A pesar de ello, la brecha entre ricos y pobres sigue aumentando. En 2011, el 10 por ciento más rico de la sociedad en los países de la OCDE obtuvo 9,6 veces más ingresos que el 10 por ciento más pobre; 9,3 veces en 2007. Además, la proporción de personas con menos de la mitad del ingreso medio real vigente en el año 2005 se elevó, por ejemplo, en 15 puntos porcentuales en Grecia, y en 8 puntos en Irlanda y España.
Otra de las conclusiones de este informe es que la renta real disponible de los hogares se ha estancado por cuarto año consecutivo. Los ingresos del 10 por ciento más pobre han caído en un 1,6 por ciento cada año entre 2007 y 2011. Y añaden desde este organismo internacional que «dada la debilidad de la recuperación en la mayoría de países, el ingreso del 10 por ciento más pobre de la población ha seguido disminuyendo o aumentando menos que el del 10 por ciento más rico».
México, Chile, Turquía y los Estados Unidos son los países con mayores desigualdades entre ricos y pobres, asegura la OCDE. En el lado opuesto, es decir el de los países más equitativos, se encuentran Dinamarca, Eslovenia, Finlandia y la República Checa.
Por otro lado, son ahora los jóvenes el grupo de edad con mayor riesgo de pobreza sustituyendo así a la tercera edad y a la infancia, que hasta antes de la crisis económica y financiera ocupaban esta escalan en situación límite. En 2011, por primera vez desde que se recogen estos datos en la OCDE, las personas entre 66 y 75 años se enfrentaron a un riesgo de pobreza de un 25 por ciento menor que la media de la población y la más baja entre todos los grupos.