En menos de una semana tres personas han sido ejecutadas «democráticamente» en Japón y Estados Unidos. Esta madrugada en el estado de Texas, Marvin Wilson, un hombre de 54 años, condenado por el asesinato de un informador de la policía ha muerto con una inyección letal. La UE sigue pidiendo la abolición de la pena de muerte en el mundo.
En 1992, Jerry Williams de 21 años, recibió una paliza que según la fiscalía le propinaron Wilson y su complice, Andrew Lewis, poco después el hombre apareció muerto, desfigurado y con un disparo en la cabeza. La mujer de Lewis aseguró que Wilson le había confesado que él era el autor de los disparos y fue condenado a muerte, mientras que su marido cumple cadena perpétua. Los abogados de Wilson han presentado pruebas de que éste padecía un retraso mental con unas capacidades de lengua y matemáticas «a un nivel de primaria». La fiscalía de Texas las rechazó diciendo que era «manipulador y engañoso». En ese estado no se aceptan ese tipo de pruebas sino que se comprueba la conducta del reo.
En los últimos cinco años los estados de Illinois, Nuevo México, Nueva Jersey, Nueva York y Connecticut han abolido la pena de muerte. En Estados Unidos, 17 de los 50 estados han dado ese paso. California lo votará en referendum en noviembre.
La alta Representante de Exteriores de la UE, Catherine Ashton, ha lamentado «profundamente» esta ejecución, como ya hizo la semana pasada con Japón, donde dos hombres fueron condenados a muerte. Bruselas recuerda que para Europa la pena de muerte es «cruel» e «inhumana» y espera que el gobierno japonés «se una a la comunidad de países que han abolido la pena de muerte». Después de dos años de «parón», Japón ha ejecutado a cinco reos en los últimos 4 meses.
Asia es el continente que lideró en 2011 las penas de muerte. El año pasado hubo 5.000 ejecuciones en el mundo, de las que el 80 por ciento se efectuaron en China (unas 4.000). En 2010 en el mundo se ejecutaron a 5.855 personas. A China le siguen Irán (676), Arabia Saudí (82), Irak (68), Yemen (41) y Corea del Norte (30), según datos facilitados por la ONG italiana «Ninguno toque a Caín».
América, según esta Organización «sería un continente prácticamente libre de pena de muerte, si no fuese por Estados Unidos». En África, murieron por orden de la justicia, 24 personas. En Somalia (11), en Sudán (7), en Sudán del Sur (5) y Egipto (1). En Europa, Bielorrusia es el único país donde hay pena de muerte. «Ninguno toque a Caín», destaca que «el número de ejecuciones podría ser mucho más alto» porque hay países que no ofrecen estadísticas oficiales sobre la pena de muerte.
Paralelamenta a las condenas judiciales, hay que destacar las extrajudiciales como las lapidaciones, que, por motivos como el adulterio, se practican en Afganistán, Somalia o Mali.