Un documento de once páginas resume lo que será la nueva OTAN del siglo XXI. La cumbre de líderes que se celebra en Lisboa ha marcado su nuevo concepto estratégico: un modelo de actuación en cualquier lugar del mundo, un escudo antimisiles en colaboración con Rusia, contemplar el terrorismo, los ciberataques o la piratería como objetivos y desarrollar más su estructura civil de gestión de las crisis.
«El mundo cambia, afrontamos nuevas amenazas y nuevos retos y este concepto estratégico asegura que la OTAN sea tan efectiva como siempre en defender nuestra paz y prosperidad», dijo el viernes por la noche el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, al presentar el acuerdo.
La nueva OTAN no entiende de límites geográficos y actuará donde considere que hay una amenaza para los países miembros. El viejo pacto de defensa mutua ante un ataque exterior se mantiene intacto.
También se mantiene el principio de disuasión nuclear, en contra de las pretensiones alemanas. La Alianza se compromete a construir un mundo libre de armas nucleares, pero afirma que «mientras haya armas nucleares en el mundo, la OTAN debe seguir siendo una alianza nuclear», en palabras de Rasmussen.
La novedad es la creación de un escudo antimisiles que cubra todo el territorio de la Alianza y proteja a la población europea y norteamericana, y al que se invita a participar a Rusia. Una decisión que el secretario general de la OTAN ha calificado de histórica y que se concretará este sábado en la cumbre que la organización celebra también en Lisboa con el presidente ruso, Dmitri Medvédev.
Aprender de lecciones pasadas
La OTAN viene a reconocer algunos fracasos, como sus misiones en Afganistán o los Balcanes, donde la respuesta militar no fue suficiente y se propone crear una estructura civil de gestión de crisis, para planificar, poner en marcha y coordinar actividades civiles hasta que se den las condiciones de transferir responsabilidades a otros actores.
La nueva filosofía euroatlántica pasa también por dar respuesta los nuevos desafíos y la OTAN desarrollará su capacidad para defenderse de la amenaza que constituyen las armas químicas, biológicas, radiológicas o nucleares de destrucción masiva, así como los ataques cibernéticos.
Este sábado, en la segunda jornada de la cumbre, se hablará de la retirada de Afganistán, a partir del año que viene y con fecha límite de 2014. Las dudas son si para entonces las autoridades afganas estarán en condiciones de asumir el control del país.