Su nieto nació en 1978 cuando la hija de Carlotto, Laura, fue desaparecida por el régimen militar. Apenas horas después de su nacimiento, el bebé le fue quitado a su madre, quien posteriormente fue asesinada. La identidad del nieto fue sustituida todos estos años.
Los expertos destacan que «este acontecimiento en la vida de Estela de Carlotto constituye una esperanza y un estímulo para todas las familias del mundo que continúan incansablemente en la búsqueda de sus seres queridos». «Sin embargo, es esencial que los familiares de desaparecidos y las organizaciones que los representan estén plenamente apoyadas por los Estados, que deben asumir su obligación de garantizar los derechos a la verdad, la justicia y la reparación».
«Este logro es el resultado del incansable trabajo de Carlotto y su organización, quienes fueron fundamentales en la creación del Grupo de Trabajo sobre las Desapariciones Forzadas o Involuntarias en 1980, con el que han trabajado en estrecha colaboración desde su creación», aseguran los expertos del Grupo de Trabajo.
«Acontecimientos como éste refuerzan nuestro enérgico compromiso y determinación de continuar nuestro trabajo con miras a resolver cada uno de los casos de desaparición forzada que hemos recibido», agrega el Grupo de Trabajo. «La desaparición forzada de un niño constituye una forma extrema de violencia contra los niños y una exacerbación de la violación de derechos reconocidos por la Declaración sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas».
El Comité contra las Desapariciones Forzadas también señala que de Carlotto y su organización han sido uno de los actores principales que han impulsado la redacción y adopción de la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas.
«La Sra. de Carlotto, al igual que muchas otras mujeres, canalizó su tragedia personal en una campaña en favor de los cientos de miles de personas que han desaparecido. Por lo tanto, es altamente simbólico que su coraje y su lucha incansable por fin hayan dado lugar a la identificación de su nieto», añaden los expertos del Comité.
«Ahora tenemos el deber de intensificar nuestros esfuerzos para promover la ratificación y la implementación de la Convención por todos los Estados, como una herramienta preventiva contra la repetición de tales tragedias». «Esto representa un paso hacia la verdad en Argentina. Tener la oportunidad de conocer a su nieto, saber dónde estuvo todos estos años, quién es hoy como adulto, es también, como lo dijo la Sra. de Carlotto, 'una reparación'», señala el Relator Especial sobre el derecho a la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, Pablo de Greiff.
«Las Abuelas de Plaza de Mayo se han movilizado para el establecimiento de un Banco de Datos que permite a cualquier persona que tenga dudas acerca de su identidad comprobar si su ADN coincide con las muestras de familiares de víctimas de asesinato o desaparición. La importancia de estos mecanismos queda demostrada una vez más con este caso. Otros países deben adoptar procedimientos similares», agrega de Greiff.
El Presidente de la Junta de Síndicos del Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura, Morad El-Shazly, también ha expresado su satisfacción por este hecho, recordando que el Fondo apoya a Abuelas de Plaza de Mayo en su trabajo ayudando a jóvenes en busca de su identidad. Estas tareas incluyen la realización de exámenes de ADN para formar parte del Banco Nacional de Datos Genéticos de Argentina, y la asistencia psicológica a jóvenes recuperados y sus familiares.
«Miles de casos de desaparición forzada aún no han sido resueltos. Detrás de cada uno hay una historia personal», señalan los expertos en derechos humanos. «Nunca debemos olvidar que en todo el mundo hay madres, padres, esposas, esposos, hijos, hijas, hermanos y amigos que todavía están a la espera de conocer la suerte y el paradero de sus seres queridos.» NdP