Este jueves el ejército gubernamental ha continuado bombardeando los barrios de Damasco que controlan los rebeldes. Cohetes y munición de morteros barren Yobar y Zamalka, el mismo lugar del ataque con armas químicas este miércoles que ha dejado entre 500 y 1.300 personas muertas. También hay ataque en el distrito de Qaboun al norte y en la zona donde está el campamento de refugiados palestinos.
Activistas sirios acusan al régimen de Bashar al Assad de haber lanzado un ataque con armas químicas en los suburbios de Damasco, matando a cientos de personas. Las fuerzas del gobierno habrían disparado este miércoles «cohetes con ojivas de gas venenoso».
El Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, asegura que el bombardeo fue intenso en los suburbios de Zamalka, Arbeen y Ein Tarma, en el este de la capital.
La organización señala que al menos 100 personas han muerto, en tanto que los Comités de Coordinación Local de Siria indican que serían cientos de personas los fallecidos o heridos en el supuesto ataque.
La ofensiva coincidió con la visita de un equipo de 20 expertos en armas químicas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para investigar tres lugares donde se habrían perpetrado este tipo de ataques en el último año.
El régimen de Al Assad rechazó las denuncias este miércoles, calificándolas de «infundadas», y sostuvo que los informes en realidad pretenden entorpecer el trabajo de los inspectores de la ONU.
La Coalición Nacional Siria, el mayor grupo opositor, acusó al régimen de matar a más de 650 personas este miércoles. «Más de 650 muertos confirmados es el resultado del ataque con armas químicas en Siria», publicó la Coalición en su cuenta de la red social Twitter.
Estas denuncias no han podido ser confirmadas de forma independiente.
Nisreen El-Shamayleh, corresponsal de Al Jazeera en la vecina Jordania, informó de que en la jornada han circulado vídeos en los que se veía a adultos y niños en hospitales de campo, muchos de ellos mostrando señales de asfixia y tosiendo intensamente.
«Hemos recibido informes de que los médicos de los hospitales de campo no tienen la medicación adecuada para tratar esos casos y están atendiendo a los pacientes con vinagre y agua», señala la periodista.
Se pide una investigación
El jefe del equipo de inspectores de la ONU, el sueco Ake Sellstrom, dice que las denuncias deberían ser investigadas. El científico dijo a la agencia de noticias TT que, aunque solo había visto imágenes de televisión, con las cuales no podía determinar nada, el alto número de muertes denunciadas le resultaba «sospechoso».
El líder de la Coalición Nacional Siria, Ahmed al-Jarba, dijo al canal de noticias Al-Arabiya que se había tratrado de una «masacre», e instó al equipo de la ONU a visitar el lugar donde se habría lanzado el bombardeo.
Mientras, la Liga Árabe pidió al equipo de expertos del foro mundial que inspeccionara el sitio del ataque cuanto antes. También Arabia Saudita llamó a la ONU y a la Unión Europea a investigar la «masacre».
Gran Bretaña planteó el tema en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU, que se reunió este miércoles en sesión de urgencia, y pidió a Damasco que diera pleno acceso a los inspectores del foro mundial.
«Estoy muy preocupado por los informes de que cientos de personas, incluyendo niños, fueron asesinados en ataques aéreos y en un ataque con armas químicas sobre áreas de los rebeldes cerca de Damasco», dijo en una declaración el ministro de Asuntos Exteriores británico, William Hague.
Un portavoz del gobierno de Francia afirmó que su país también pediría al equipo de expertos de la ONU que visitase el lugar donde se habría perpetrado el ataque.
Pero Rusia y China se han opuesto a que los técnicos de la organización mundial visiten la zona. En el comunicado final se expresa la preocupación de los miembros del Consejo de Seguridad por la situación y se dice que sería necesaria una investigación independiente pero no se pide a Siria que facilite el acceso de los técnicos de la ONU que están en Damasco, por cuestiones de seguridad, dice.