El Vaticano ha respondido que la Iglesia está comprometida con la defensa y protección de los derechos de los niños y ha prometido examinar en profundidad el informe de la ONU.
El Comité de los Derechos de los Niños de la ONU lleva tiempo elaborando este informe.
El mes pasado 18 expertos en derechos humanos de todo el mundo miembros del comité, interrogaron a varios funcionarios del Vaticano sobre las dimensiones del problema y las medidas que la Iglesia había adoptado para acabar con él y castigar a los culpables. Las conclusiones se han hecho públicas este miércoles en Ginebra.
El informe asegura que «el Comité está seriamente preocupado porque la Santa Sede no haya reconocido las dimensiones de los delitos cometidos, no haya tomado las medidas necesarias para responder a los casos de abusos sexuales a los niños y para protegerlos», afirma que en lugar de esto las medidas que adoptó han hecho que los abusos continuaran y que los perpetradores permanecieran en la impunidad.
El comité de la ONU recuerda que estos crímenes cometidos por religiosos implican a «decenas de miles de niños en todo el mundo».
La ONU insta a la jerarquía a que retire inmediatamente a todos los «agresores conocidos y sospechosos» de su destino y a que lleve los casos a las autoridades civiles para que investiguen.
Según el informe, el código de silencio impuesto a todos los miembros del clero bajo pena de excomunión ha hecho que muy pocas veces hayan llegado hasta las autoridades de los países donde tuvieron lugar los hechos.
La Organización Internacional pide una investigación interna sobre instituciones como las lavanderías de la Magdalena de Irlanda y otras, donde las niñas eran obligadas a trabajar duramente, para que las víctimas puedan recibir una compensación económica y pide, asimismo, que los sacerdotes que habieran dejado embarazadas a sus víctimas se hagan cargo de la manutención y cuidado de los hijos.
Barbara Blaine, de la Red de Supervivientes de los Abusos de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) ha dicho que el informe es un llamamiento a las conciencias y ha añadido «por la seguridad de los niños, esperamos que cada jefe de Estado del planeta lea esto y actúe en consecuencia».
El informe critica especialmente la política que ha adoptado la iglesia católica de cambiar de parroquia a los curas pederastas «que ha permitido a muchos sacerdotes a permanecer en contacto con niños y a seguir abusando de ellos».
También señala las consecuencias negativas de las reiteradas declaraciones del Vaticano contra la homosexualidad, algo que ha servido para reforzar el estigma y la violencia que sufren muchos menores por sus inclinaciones sexuales o los niños de parejas homosexuales.
También incide en las consecuencias negativas que tiene para niñas y adolescentes «denegar el acceso a los anticonceptivos, así como a los servicios de salud reproductiva, e información al respecto».
La oficina de prensa de la Santa Sede ha dicho que «toma nota» y que someterá el informe a un estudio minucioso, aunque «lamenta ver en algunos puntos» un «intento de interferir en las enseñanzas de la iglesia católica sobre la dignidad de las personas y en el ejercicio de la libertad religiosa».
Por su parte el portavoz, Federido Lombardi, ha dicho en Madrid que el Vaticano afronta los casos de pederastia en la Iglesia con «exigencia de transparencia» y prueba de ello es que en los «próximos días o semanas» se explicará el funcionamiento de la comisión creada para prevenirlos.