Según el informe de 45 páginas que la ONU ha dado a conocer este miércoles en Ginebra la violencia ha traspasado las fronteras de la República Árabe Siria y el «extremismo está alimentando la brutalidad».
Están aumentando las muertes en las cárceles sirias y el análisis de más de 26.948 fotografías tomadas entre 2011 y 2013 en centros de detención del Gobierno respaldan antiguos descubrimientos de «torturas sistemáticas y muertes de detenidos.»
Por su parte el Estado Islámico, «comete crímenes contra la humanidad en las ciudades de Alepo y Ar-Raqqah», ha dicho el presidente de la Comisión de Investigación de Naciones Unidas para Siria, Paulo Piheiro, en Ginebra en la presentación del informe, quien asegura que el grupo Estado http://www.ohchr.org/SP/HRBodies/HRC/Pages/HRCIndex.aspx Islámico (EI), antes conocido como Estado islámico de Irak y el Levante (ISIS), «representa un peligro claro y tangible para los civiles y las minorías en los territorios que mantiene bajo control en Siria y en la región».
Según el informe el flujo continuo de militantes extranjeros y los supuestos éxitos de grupos extremistas como ISIS o Al-Sham han contribuido a que se desborde la violencia en la región «poniendo en peligro la estabilidad internacional».
El informe de la comisión, se ha basado en 450 entrevistas, testimonios y material documental que ha sido minuciosamente examinado y que contiene una «brutalidad inimaginable y el coste humano del conflicto de Siria desde hace más de tres años y medio».
Una de las integrantes de la comisión de investigación es Carla del Ponte, ex fiscal jefe del Tribunal de Derecho Penal Internacional de las Naciones Unidas, quien ha dicho «Hace tres años que recogemos pruebas contra los sospechosos, cada día tenemos nuevos crímenes (...) y la comunidad internacional no interviene».
La Comisión ha hecho el informe en respuesta al mandato del Consejo de Derechos Humanos de la ONU para que investigara y diera cuenta de todas las violaciones del derechos internacional relativo a los derechos humanos en Siria.
Los viernes son días especialmente brutales en las zonas controladas por el EI, con ejecuciones, amputaciones y latigazos en las plazas públicas que los civiles están obligados a contemplar, en muchos casos incluidos los niños.
Estas muestras de barbarie están destinadas a «causar terror en la población». La mayoría de las víctimas son hombres, aunque también han ejecutado a muchachos de entre 15 a 17 años y a mujeres.
Los cuerpos de los ajusticiados se «exhiben públicamente, frecuentemente en cruces, a veces hasta tres días, para que sirvan de advertencia a los residentes»
El Gobierno de Bashar al-Assad, no se queda atrás. Continúa perpetrando crímenes de guerra, terribles torturas, violencia sexual en las cárceles y arrojando bombas con cloro. Desde el comienzo del conflicto los rebeldes y el régimen se acusan mutuamente de utilizar agentes químicos, entre ellos el cloro.
«A las treguas forzadas -dice el informe- características de la estrategia del Gobierno de asedio y bombardeo, les siguen detenciones masivas de hombres en edad de combatir, muchos de los cuales desaparecen». También utiliza la negación de ayuda humanitaria como arma de guerra.
En el documento se hace un llamamiento al Consejo de Seguridad de la ONU para que remita las violaciones a los derechos humanos que tienen lugar en Siria al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI).
«Ya hemos dicho cuatro veces a los 15 miembros del Consejo de Seguridad (de la ONU): 'Ustedes son responsables de la impunidad que reina en Siria'» ha dicho el presidente de la comisión de investigación, Paulo Pinheiro.
La Comisión de la ONU urge a la comunidad internacional a que imponga un embargo de armas de manera urgente debido a que algunos estados siguen dotando de armamento y artillería pesada a las partes,.
Según el último informe de la oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, la cifra de muertos durante el conflicto armado en Siria asciende a 191.369.