El final de la erupción no se ha declarado oficialmente, pero sus efectos se van diluyendo, aunque en los dos últimos días ha obligado a cancelar unos 500 vuelos en toda Europa, en su mayoría en las conexiones con Reino Unido. Según la oficina meteorológica islandesa, hay señales de que la actividad realmente está cesando y lo que sale del cráter del Grimsvötn ahora es vapor principalmente.
Este miércoles, la nube de cenizas afectó al espacio aéreo alemán y los aeropuertos de Hamburgo, Bremen y Berlín tuvieron que cerrar durante varias horas. Según AENA, se han cancelado 22 vuelos desde España a Alemania y ha habido una anulación hacia Reino Unido.
La nube, menos densa, se desplaza ahora hacia Polonia, Dinamarca y Suecia y la previsión es que siga hacia Noruega y Suecia, donde se espera que se acumule densidad alta de cenizas solo en pequeñas zonas.
Representantes de los aeropuertos y de las compañías aéreas han destacado hoy la gestión de la UE, al contrario de lo que ocurrió el año pasado con la erupción del volcán Eyjafjalla, cuando se obligó a cerrar el espacio aéreo europeo provocando un caos que dejó a miles de pasajeros en tierra y ocasionó pérdidas multimillonarias a las aerolíneas.