El terremoto de 7,2 grados en la escala de Richter ha dejado la capital de Haití, Puerto Príncipe, llena de heridos, cadáveres y restos de edificios.
El presidente, René Preval, ha estimado que el número de víctimas podría superar las 50.000, aunque otras fuentes han declarado que podrían pasar de 100.000.
Naciones Unidas ha liberado 10 millones de dólares de sus fondos de emergencia. Trabajadores de la Organización reparten alimentos entre los damnificados, en medio del dolor de haber perdido a algunos de sus compañeros. En el momento del terremoto se celebraba una reunión en las instalaciones de la ONU y hay un número no determinado de desaparecidos.
España, que coordina las ayudas de la Unión Europea como presidente de turno, ha enviado tres aviones con especialistas y 100 toneladas de material, tiendas de campaña, ropa y cocinas portátiles.
La Cruz Roja, estima que unos 3 millones de personas necesita ayuda urgente. La OMS ha anunciado el envío de especialistas para ayudar a retirar los cadáveres lo más pronto posible y evitar posibles epidemias. Cuba, China, Islandia, Venezuela han enviado ayuda.
República Dominicana ha instalado en la frontera con Haití, en la localidad de Jimaní, hospitales de emergencia para atender a los heridos más urgentes.
En Haití apenas si había corresponsales de prensa y la televisión dejó de emitir, sin teléfono ni electricidad han sido una vez más, las redes sociales de Internet las que poco a poco han ido conformando un hilo narrativo de lo que ha dejado el terremoto principal y las múltiples réplicas que se están sucediendo.