Cuando se habla de la maratón, el deporte de resistencia por antonomasia, rápidamente la mente esboza un mapamundi señalando las ciudades de Chicago, Nueva York, Boston, Berlín, Londres o Tokio. En estas villas, la carrera de los 42.195 metros tiene una importancia más que significativa, puesto que entre todas constituyen la World Marathon Majors, una competición internacional que engloba las más prestigiosas maratones de la Tierra. Quien es fiel a su participación en las 'grandes' puede presumir de visitar gracias a ellas varios de los países más poderosos en la actualidad y un tres continentes, al mismo tiempo que conoce y obtiene un buen puñado de conocimientos acerca de la cultura, la lengua, la gastronomía o la música de aquellos lugares.
No obstante, quizá más de un aficionado al mundo del deporte se sorprendiera al descubrir que en el calendario anual de maratones se incluye no solo a las carreras de las seis grandes urbes antes citadas. En Europa se supera con creces el centenar de eventos de este tipo organizados en un año –en Italia supera la veintena, en Francia son 18, Alemania cuenta con 16 y Reino Unido organiza 15 ; mientras tanto, en España el número es menor, siendo la prueba barcelonesa la más conocida-.
Los organizadores que preparan cada uno de estos eventos saben de sobra que detrás de él no se esconde sólo la voluntad de hacer deporte. Cada vez son más los ciudadanos que deciden participar en estas pruebas para hacer, al mismo tiempo, turismo. La moda del 'running', por tanto, constituye ya un instrumento harto eficiente para conocer más a fondo nuestro continente y su milenaria historia, de lo cual se han percatado multitud de agencias de viaje, que se encargan de facilitar este novedoso 'turismo de maratones'.
Italia, una fuente inagotable de carreras
Los transalpinos son los verdaderos pioneros del asunto. Roma, Milán, Padova, Nápoles, Trieste, Grottazzolina, Bérgamo, Venecia, Turín o Livorno tan sólo son un pequeño grupo de maratones entre muchas de las que se celebran en la península Itálica. Éste es uno de los diversos motivos que aúpan al país en la quinta posición en cuanto a número de turistas recibidos en un año (suele superar los 40 millones) y también en la quinta posición cuando se habla de los ingresos percibidos por ello. En definitiva, una auténtica delicia para los visitantes extranjeros que tengan a Italia como una prioridad para disfrutar de sus vacaciones y para los propios nativos, que ven fortalecida su economía en un periodo complicado.
En Francia la idea es la misma. La maratón de París es la más cotizada, pero no la única que se celebra en territorio galo. En primavera, las carreras de Albi, Cheverny, la del Val Nantais o la de la Baie du Mont Saint Michel son frecuentadas por cada vez más gente procedente de lugares muy diversos. En verano, la maratón de la Liberte de Caen, la Chaberton de Montgenèvre y la competición de Medoc copan el calendario del país. La temporada se cierra aquí con otras tres grandes pruebas entre los meses de septiembre y noviembre: Dunkerque, la internacional de Reims y La Rochelle. ¿Es posible que parte de la culpa de que este país esté asiduamente en el podio de los más visitados sea por ello?
Blackpool, la Isla de Man, Nottingham, Leicester, Cardiff y Manchester son las plazas más conocidas de este deporte en el Reino Unido descontando a Londres. En Manchester, por ejemplo, hay indicios de haberse organizado este tipo de eventos ya en 1908, siendo una de las primeras grandes metrópolis europeas en hacerlo. En los últimos años, la ciudad ha organizado un recorrido que finaliza en una de las catedrales del mundo deportivo, Old Trafford, estadio del equipo de fútbol más laureado de la ciudad, el Manchester United. Las autoridades lo han elegido así no de manera azarosa. El hecho de pisar el césped de este mítico campo anima a miles de corredores –y, por supuesto, no solo británicos- a viajar a la ciudad.
Alemania cuenta con la ventaja de encontrarse en pleno centro del continente, lo que le permite arrastrar hacia el interior de sus fronteras visitantes desde rusos hasta españoles o griegos. A pesar de que grandes ciudades como Munich o Dortmund no cuentan todavía con una maratón de índole internacional, otras como Hamburgo, Leipzig, Colonia o Berlín sí que las acogen, y con un gran éxito de participación, que además tiene un margen de mejora considerable porque se siguen pulverizando todos los récords de asistencia.
Estos cuatro países, los que más potencian la dura prueba, llevan ya varios años en el top 10 de visitas e ingresos percibidos por el turismo. Unos ingresos que, además, se han ido multiplicando con el aumento del número de carreras en sus dominios. No obstante, no han conseguido monopolizar el mercado porque un sinfín de estados han asumido también la preparación de al menos una carrera de los 42 kilómetros. Siguiendo las instrucciones del calendario internacional de maratones podemos desembarcar en más de 20 países europeos y enriquecer de esta manera y hasta límites insospechados nuestra cultura con la excusa de, simplemente, correr.
Barcelona es la única plaza importante a nivel internacional en España
La prueba barcelonesa es la más conocida dentro de nuestras fronteras. Lleva celebrándose desde finales de la década de los 70 y actualmente está puesta en marcha anualmente por el Ayuntamiento de la ciudad, la plataforma Maratón de Barcelona, la Federación Catalana de Atletismo y Turismo de Barcelona. En los últimos años ha multiplicado por 10 el número de participantes (2.500 en el año 2.000 y casi 20.000 en 2014).
Sin embargo, en España no ha triunfado el modelo italiano, francés, británico o alemán. Alguna ciudad, como Bilbao, promueve un certamen similar al de la Ciudad Condal, siendo la vizcaína una carrera nocturna y estando el número de inscripciones limitado en 6.000 para no congestionar la ciudad. Pero, por lo general, las maratones españolas siguen siendo de un rango inferior a las del circuito internacional.