No sólo ha pernoctado en la emblemática torre, sino que por la mañana ha atravesado el meridiano de Grenwich, referencia de todo el planeta para establecer el horario mundial. Durante 6 días 1.000 relevistas recorrerán la capital londinense, a donde ha llegado después de estar 64 días de ruta por todos los rincones del Reino Unido. Llegó a Cornualles, al sur del país, el 18 de mayo y 12.000 relevistas la han transportado por Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, y una parte de la República de Irlanda.
En la torre de Londres, donde ha pasado la noche la antorcha, están las joyas de la corona. No son diamantes pero estos días guarda también las 4.700 medallas de oro, plata y bronce que se van a entregar durante las Olimpiadas y los paralímpicos. Son, junto con la llama olímpica, el otro símbolo de los Juegos. Llegaron el 2 de julio y según el portavoz de los palacios reales, Tracey Sands, «no podían tener un mejor santuario, este lugar que durante siglos ha acogido los tesoros de la nación». Las medallas de oro, no son tan de oro como dicen. Pesan 410 gramos, de los que sólo 6 son del preciado metal (1,34 por ciento), el resto es plata (92,5 por ciento) y cobre. En Pekín pesaban menos, 200 gramos. Se repartirán durante 302 ceremonias de entrega.
Cada una de las preseas tiene el diseño del artista británico, David Watkins, representando a la diosa griega de la Victoria, Nike, y en el reverso, el logotipo de los Juegos de Londres donde se puede leer «la energía de los atletas». El material para construir las medallas se ha extraído en Mongolia o en Utah por el gigante minero Rio Tinto y se han necesitado 8 toneladas de oro, plata y cobre.