La legislación vigente no ha evolucionado con la suficiente rapidez y los servicios financieros han ido complicándose, haciéndose cada vez menos inteligibles para el profano que se ha visto atrapado muchas veces por supuestos expertos que le han dejado en la estacada en cuanto han firmado el contrato.
La Unión Europea quiere que las cosas vuelvan a su cauce, que los bancos se expliquen y que el consumidor recupere la confianza en las instituciones financieras. Son necesarios unos mercados al por menor sólidos y bien regulados fundados en los intereses de los consumidores. Para ello ha presentado un paquete legislativo que hace más rigurosas las normas y elimina las lagunas existentes.
El paquete normativo se compone de tres propuestas legislativas, una sobre la información clave que debe recibir la persona que se interesa por un producto. Los productos de inversión son complejos y resulta difícil poder compararlos con otros o entender bien los riesgos que entrañan. Las pérdidas en estos casos pueden ser muy duras para la persona que ha puesto sus ahorros en ellos, pero si tenemos en cuenta que el mercado de inversiones minoristas de la UE llega a los 10 billones de euros, la compra de productos inadecuados se puede llevar por delante gran parte de la economía de la zona.
Las nuevas normas de la UE tienen por objeto que los consumidores tengan información sencilla, breve y clara, en definitiva, asequible. Cada creador de productos de inversión, como gestores de fondos de inversión, seguros o bancos, deberán presentar este documento que se denomina «documento de información clave» (DIC) por cada producto de inversión.
El DIC debe proporcionar información sobre las características principales del producto, sobre los riesgos y los costes asociados con la inversión que se haga en él. El consumidor debe saber que con ese producto puede incluso perder dinero. El documento debe tener un formato común a todas las entidades de forma que el ciudadano pueda comparar de una forma sencilla diferentes productos y elegir el que más se ajuste a sus necesidades.
Otra norma es la que revisa la Directiva sobre la mediación de todos los seguros, desde los del automóvil o del hogar hasta los que incluyen elementos de inversión. Encuestas recientes indican que más del 70 por ciento de los productos de seguros se venden sin asesorar de forma adecuada al tomador. En este momento no hay ninguna ley en la UE que se ocupe de la venta de estos productos, además las normas difieren de unos Estados a otros y solo se aplican a los intermediarios.
La Comisión Europea pretende crear normas comunes, mejorar la transparencia y que las condiciones sean semejantes para los seguros que venda un agente o un corredor y los que venda directamente la compañía de seguros.