La inflación interanual en la zona euro llegó en marzo al 2,7%, en febrero fue del 2,4% y un año antes del 1,6%, según los datos de la Oficina Estadística Europea, Eurostat. La escalada se debe, sobre todo, al precio de los productos energéticos y confirma las previsiones del Banco Central Europeo al subir en abril los tipos de interés y considerar que debía estar vigilante ante el riesgo inflacionista.
En el conjunto de la UE, los precios subieron hasta el 3,1% en marzo, dos décimas más que en febrero y lejos del 2% alcanzado hace un año. España tiene una tasa de inflación del 3,3% por encima de la media europea, pero una décima menos que el mes anterior.
Irlanda (1,2%), Suecia (1,4%) y la República Checa (1,9%) son los países menos inflacionistas de la UE, mientras ocupan los últimos lugares Rumanía (8%), Estonia (5,1%), Hungría y Bulgaria (4,6%). Alemania (2,3 %) y Francia (2,2 %) consiguieron tasas relativamente bajas en marzo.
El avance inflacionista se debe, sobre todo, a la subida del precio de la energía (13%) y del transporte (5,6 %), pero también la vivienda (5,1 %) y el alcohol y el tabaco (3,6 %).
Según el informe trimestral de la Comisión Europea, la repercusión de la subida del petróleo es asimétrica entre los Estados de la UE por la dependencia energética o el nivel de impuestos. Grecia, Chipre y España son los países que sufren mayor impacto. Según Bruselas, las presiones domésticas subyacentes sobre los precios siguen estando contenidas.
El Banco Central Europeo considera objetivo de estabilidad de precios el 2% de inflación interanual. La escalada inflacionista provocó que en su reunión de abril elevara los tipos de interés hasta el 1,25% y dejara la puerta abierta a nuevas subidas.