Así de macabro como puede resultar el desenlace particular de esta historia, son de comunes este tipo de relatos, de mujeres jóvenes que pretenden estudiar y chocan con la resistencia generacional, en Iraq. La organización internacional AMAR U.S., que promueve la construcción de paz, lanzó la campaña digital STOP-GBV (siglas en inglés de «no a la violencia de género»), que permite a mujeres que han sido testigos o que han sufrido violaciones de derechos humanos, compartir sus historias a través de las plataformas digitales.
Chritopher Kyriacou, director ejecutivo de AMAR U.S., explica que las redes sociales le permitieron a esta iniciativa «florecer», así como lograr una notoria participación de jóvenes en su página de Facebook.«Muchas estudiantes asumen la responsabilidad de buscar e investigar casos de violencia de género y discriminación y eligen temas para discutir en clase», destaca Kyriacou. La página de Facebook permite que las estudiantes «publiquen imágenes y artículos relacionados con la violencia de género y participen en la difusión de estos temas». El diálogo digital de AMAR es solo una de las instancias en la que la presencia de la tecnología se ha expandido a regiones del mundo históricamente sin voz.
Según la infografía realizada por Squared Online en 2013, una organización de mercadotecnia digital de Gran Bretaña, se prevé que la cantidad de usuarios de redes sociales en Oriente Medio y norte de África aumente un 191 por ciento entre 2011 y 2017. El estudio también muestra cómo esa región encabeza la lista de usuarios activos en Twitter y la cantidad de cuentas registradas en YouTube.
Esa tendencia ha llevado a muchas organizaciones internacionales de desarrollo a aprovechar la expansión de la tecnología y las redes sociales en iniciativas de educación, salud pública y derechos humanos en los que trabajan. La comunidad internacional reconoce cada vez más la importancia de las herramientas digitales e innovadoras para involucrar a la vasta población de entre 15 y 35 años en su agenda democrática. Este año el lema del Día Mundial de la Población, celebrado el 11 de julio, fue «invertir en los jóvenes»
El director ejecutivo de Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Babatunde Osotimehin, ha declarado que si los jóvenes se «capacitan y están informados», entonces «podrán contribuir más plenamente con sus comunidades y naciones». Con ese objetivo en el horizonte, Osotimehin se ha mostrado entusiasta sobre las posibilidades de la tecnología para dar voz a los jóvenes, y considera que «no es ético» que tan vasto sector de la población quede al margen del proceso democrático.
«Creemos que las posibilidades de la tecnología son enormes y por eso vemos una urgente necesidad de trabajar con ellos en este sector»,explica. «Vemos personas que todavía no han ido a la escuela, pero andan con un teléfono inteligente. En 1999, Nigeria solo tenía 400.000 teléfonos fijos, mientras que ahora tiene más de 100 millones de móviles», remarca.
A fin de aprovechar la penetración de la tecnología a escala global y dado su interés en la juventud, el UNFPA ha lanzado la «campaña de selfies» (autofotos), que alienta a los y las jóvenes de todo el mundo a mandar sus fotografías a las redes sociales usando la etiqueta #WPD2014 (siglas en inglés del Día Mundial de la Población 2014).
El significado simbólico de la iniciativa, que sigue hasta septiembre, es dar a todos los jóvenes un papel central en el diseño de la agenda de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) posterior a 2015, cuando se establecerán los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
«Cuando estás lejos de reuniones globales como la Asamblea General de la ONU, en las que sus gobiernos participan en tanto que estados miembro, su autofoto dice que quieren estar en la fotografía de la futura agenda de desarrollo», explica Laurent Zessler, representante de UNFPA encargada de lanzar la campaña en Fiyi.
Además de ofrecer un medio para que este particular sector de la población comparta sus historias y defienda su papel en las futuras decisiones de la ONU, la tecnología también facilita una mayor y más rápida transmisión de información que les es útil. Un ejemplo perfecto de esa estrategia de la organización Text to Change (TTC), que se describe como una empresa social que «envía y recibe información a través de la telefonía móvil en los países emergentes».Josette de Vroeg, directora de comunicaciones de la organización con sede en Holanda, señala que TTC se concibió sobre la premisa de que «cada ciudadano del mundo debe tener acceso a la información, independientemente de que sea rico o pobre». «Enviamos a los participantes un mensaje personalizado y adecuado en el momento justo, ofreciéndole información crucial cuando más la necesita», explica De Vroeg. «El principal objetivo es reducir la mortalidad materna e infantil», remarca, refiriéndose a la particular efectividad demostrada por TTC para ofrecer importante información sobre salud a jóvenes embarazadas en Tanzania.
De Vroeg remarca que, con ayuda de socios como el Centro para la Prevención y el Control de Enfermedades de Estados Unidos y el Ministerio de Salud de Tanzania, se habían mandado más de 30 millones de mensajes de texto gratuitos y habían participado 500.000 mujeres. Con su presencia actual en 16 países, De Vroeg dice que TTC en este momento realiza la «mayor campaña interactiva de SMS (mensajes de texto)».
«El ochenta por ciento de la población africana dispone de teléfonos móviles. Por eso, es el medio más importante para realizar conexiones», apunta. «TTC conecta a las organizaciones con sus grupos de interés y de difícil acceso vía móvil», añade.
Al ser consultada sobre cómo respondieron las poblaciones al objetivo de una campaña tan innovadora, De Vroeg comenta que las reacciones no fueron más que positivas. Los beneficiarios de TTC dijeron que los mensajes de texto les ayudaron a hacer negocios, a aprender sobre el VIH (virus de inmunodeficiencia humana) y a mejorar su autoestima.