¿Cuál es la situación actual de la igualdad en la Unión Europea? Usted ya fue el autor del informe de 2009, ¿qué ha cambiado desde entonces?
Marc Tarabella - Se avanza, pero con demasiada lentitud. Si seguimos así, no eliminaremos la brecha entre los géneros antes de 2084. Desde mi último informe, hace cinco años, el porcentaje de empleo entre las mujeres en Europa ha crecido del 60 al 63 por ciento y no basta. Tenemos que prestar más atención a la calidad de los puestos de trabajo: cada vez más mujeres tienen trabajos inseguros o a tiempo parcial y contratos temporales.
¿Cuáles son las cuestiones prioritarias que hay que abordar?
M. T. - La eliminación de la violencia contra la mujer debería ser una prioridad. Deberíamos dedicar un año a combatir la violencia. Sería simbólico, pero es importante hablar del tema porque en muchos países es aún tabú.
El techo de cristal en la carrera profesional es aún realidad, especialmente al hablar de cuotas para las mujeres en las empresas cotizadas. Podemos hablar de esto durante treinta años, pero hacen falta medidas obligatorias para que se produzca un cambio de verdad. También tenemos que luchar contra los estereotipos desde edades muy tempranas y ratificar el Convenio de Estambul sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica.
Por lo que se refiere a los derechos sexuales y reproductivos, este informe no está ni a favor ni en contra del aborto. Trata de la igualdad y el derecho a decidir, que es un derecho fundamental.
Usted es uno de los pocos hombres que trabajan en la comisión parlamentaria de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género. ¿Qué cometido desempeñan los hombres para mejorar la igualdad de género? ¿Están preparados para aceptar cambios?
M.T. - No hay suficientes hombres preparados para trabajar en este problema. Hay muchos estereotipos sobre los hombres que luchan por la igualdad de género. Tenemos que cambiar las mentalidades. Creo que la igualdad de género es la igualdad de derechos y oportunidades. Los hombres y las mujeres ni son ni serán nunca lo mismo, pero deberían tener los mismos derechos.