En un comunicado conjunto, los presidentes del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, han recordado a las víctimas del 11-S y han mostrado su solidaridad con quienes perdieron a sus familiares en los ataques.
Ambos dirigentes comunitarios se muestran convencidos de que se han hecho progresos en la lucha antiterrorista y creen que la estrategia diseñada por la Asamblea General de Naciones Unidas «demuestra que el mundo está unido en esto, sin distinción de la religión ni de otros factores».
Sin embargo, Van Rompuy y Barroso, reconocen que el riesgo existe y, por eso, «Europa trabaja hombro con hombro con sus aliados en la lucha global contra las redes terroristas y su respaldo económico». La vigilancia continua, el impulso de la cooperación para reforzar la ley, proteger los sistemas de transporte e infraestructuras críticas y dar apoyo a los ciudadanos son ámbitos en los que la UE está haciendo progresos.
Combatir la radicalización y el reclutamiento de nuevos terroristas es el objetivo conjunto que se debe perseguir: «solo podemos conseguirlo si nos mantenemos fieles a nuestros principales valores en Europa y en el ámbito mundial».
La mejor respuesta al fanatismo ciego que motivó los ataques de Nueva York, en su opinión, son las llamadas primaveras árabes. «Diez años después, las calles de Túnez, El Cairo, Bengasi y del mundo árabe han dado una fuerte señal de libertad y democracia».