El apagón comenzó en las remotas Islas de Chatham, que están situadas en el océano Pacífico y pertenecen a Nueva Zelanda, a las 20,30 hora local. Terminará en la Línea Internacional de Cambio de Fecha en Samoa, 24 horas después.
En muchos lugares los ciudadanos han salido a las calles con velas para ver como iban apagándose las luces de los edificios emblemáticos. El edificio Taipei 101, el segundo más alto del mundo, apagó las luces del exterior y el portavoz de la torre dijo que había convencido al 99% de los ocupantes para que hicieran lo mismo.
La fuente de La Cibeles en Madrid, El templo de la Sagrada Familia de Barcelona, la ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia... la gran mayoría de los edificios más conocidos de las principales capitales españolas se han sumado a la Hora del planeta.
En París, todos los puentes del Sena, la Torre Eiffel o el Arco del Triunfo. El Palacio de Buckingham y la Torre de Londres y hasta la ciudad Prohibida de Pekín. China participa por segundo año en esta iniciativa.
Algunos países, que tienen problemas energéticos, han aprovechado la ocasión para ahorrar. India, que sufre apagones frecuentes ha propuesto a sus ciudadanos que cenaran a la luz de los candiles y así superar el ahorro de 1.200 megawatios que consiguió el año pasado.
Pakistán se ha sumado apagando edificios oficiales y animando a sus ciudadanos a hacerlo, aunque ellos ya sufren cortes de suministro de 6 horas en la capital y hasta 18 horas en las zonas rurales.
La Hora del Planeta es un llamamiento de la Organización WWF (World Wildlife Fund) nacido en 2007 en Sydney que se ha convertido en un movimiento global por la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático. La organización espera haber batido este año un récord de participación. Prevé que más de mil millones de personas se hayan unido a la iniciativa del apagón.