Hablamos con Justin Harman, embajador de Irlanda en España
Irlanda está de moda, no solo porque preside la Unión Europea este semestre, sino también porque llegan buenas noticias económicas, con la posibilidad de que acabe su periplo para ser rescatada. La presidencia de turno de la UE coincide con los 40 años del ingreso de este país atlántico. Ingresó junto con el de Reino Unido y Dinamarca, pero a diferencia de ellos, Irlanda es el único que pertenece a la eurozona. Con Justin Harman, embajador de Irlanda en España, hemos hablado del cambio que ha supuesto para su país formar parte de la UE, de la crisis económica y, por supuesto, de la presidencia semestral.
Acaban de celebrar San Patricio, una de las fiestas más señaladas para todos los irlandeses en el mundo. Han cubierto de verde, el color que simboliza este país, monumentos mundialmente famosos como las pirámides de Gizeh. Eso es una celebración a lo grande.
Justin Harman.- Sí y también en España se han vestido de verde el palacio de comunicaciones, la Cibeles, la plaza mayor de Salamanca o en La Coruña, la Torre de Hércules que es muy especial para nosotros, porque simboliza la relación que existe, a través de los celtas, entre España e Irlanda, de donde partieron muchos de ellos para poblar Irlanda. No solo celebramos este día por ser nuestro patrón, sino porque este año tiene especial relevancia, se cumplen 40 años de ingreso en la UE, coincide con el semestre de presidencia y es una manera de simbolizar la contribución irlandesa a Europa a través de los siglos.
eXp.- Qué supuso para Irlanda ingresar en la Unión Europea, el Mercado Común en aquellos momentos.
J.H.- Europa modernizó nuestra sociedad en muchos aspectos, pero también nosotros hemos aportado mucho a Europa a través de los siglos y queremos subrayar eso. Nuestra incorporación a la UE ha transformado Irlanda en términos de desarrollo, economía, sociedad, en muchos aspectos. La economía, era totalmente dependiente del Reino Unido. El 55% de nuestras exportaciones iban al Reino Unido ahora son el 16%, eso significa una diversificación. Se abrió la economía al exterior y ahora somos la única economía de la zona euro de habla inglesa. Ha cambiado la agricultura, la PAC modernizó ese sector. Ya no sólo exportamos al Reino Unido, sino que el 11% de nuestras exportaciones provienen del sector agroalimentario. El Mercado Unico nos dió una oportunidad para tener una plataforma moderna para la exportación.
eXp.- Y a nivel social, también se han notado los cambios
J.H.- La legislación europea cambió la sociedad. Por ejemplo, hace 40 años sólo trabajaba el 25% de las mujeres y en este tiempo se ha igualado el sueldo, y se ha igualado su situación con respeto al hombre, los derechos en el mercado laboral han mejorado mucho, la educación... recuerde que un comisario irlandés, Peter Sutherland, fue el que propuso los Erasmus. Los derechos del consumidor, el cuidado medioambiental han venido de Europa. La legislación europea nos ha cambiado en muchos aspectos, creo que como ha ocurrido en España.
eXp.- Sí, pero en estos años en alguna ocasión han puesto a la UE entre las cuerdas, como pasó con los referendos sobre el Tratado de Lisboa.
J.H.- Irlanda es muy europeísta. Ha habido momentos en que hemos tenido dudas sobre el equilibro entre el estado y la Unión, sobre como se asegura que el estado tenga su propio rol y recordar que la UE es una unión de estados soberanos. Es fundamental que no haya un desequilibrio y se pierda el papel del estado. Se ha hablado de euroescepticismo. Hay algunos euroescépticos, pero no existe como fuerza política, como ocurre en el Reino Unido. Hemos preguntado, hemos pedido garantías para el estado y esa identidad entre cada estado y el equilibrio con la Unión es un tema que preocupa pero eso no es euroescepticimo. Irlanda está entre los más entusiastas, aunque eso no quiere decir que se acepte sin ningún cuestionamiento. Ahora, en parte por la crisis, estámos creando una gobernanza económica y esto tiene unas implicaciones para la gobernanza nacional y nos lleva a cuestionarnos sobre la legitimidad democrática de las decisiones nacionales. Hay que saber quién toma decisiones sobre estas cuestiones a nivel europeo y nos preocupa que avancemos en la integración económica, en parte para defender la moneda única, aunque no vemos el mismo rigor, el mismo peso político en encontrar maneras de asegurar una legitimidad democrática, y ese es el gran debate.
eXp.- Irlanda es uno de los países que han tenido que pedir rescate a la Unión Europea, están a punto de salir de ese momento tan complicado.
J.H.- La crisis ha cambiado muchas cosas. En realidad, cuando uno mira el Tratado de Lisboa, se da cuenta de que todo ha cambiado. Hay mucha crítica con razón, de lo que ha pasado, pero la UE no tenía ningún instrumento para hacer frente a una situación tan complicada. Somos países independientes, que nos reunimos, tenemos una unión pero no teníamos la capacidad de enfrentar una crisis de esta naturaleza.
eXp.- ¿En qué les ha afectado a los irlandeses esa falta de decisión de las instituciones europeas?
J.H.- En el caso irlandés fuimos uno de los primeros en enfrentarnos a la crisis. Estábamos creciendo muy rápidamente a principios de los 2000, y la burbuja estalló antes de que hubiera un mecanismo para poder actuar. Irlanda tuvo que afrontar una crisis provocada especialmente por la crisis bancaria, que había crecido hasta siete y ocho veces la economía real. Desde 2002 hasta 2007 hubo un crecimiento muy importante de nuestra economía, entre el 4 y 5% anual, con una estabilidad fiscal, una reducción continua de la deuda pública, pero se basó en el crecimiento del sector financiero, y eso era un crecimiento ficticio, creado por muchos factores. Se pinchó esa burbuja e Irlanda tenía que evitar una quiebra, los mercados se cerraron y tuvimos que solicitar un programa a la Unión Europea, que nos dio un periodo de 2 o 3 años para respirar, para arreglar la casa, y poder reestructurar nuestra economía en todos los aspectos. Y ya estamos a punto de salir
eXp.- ¿Cómo ven ahora todo este proceso?
J.H.- Europa nos ha ayudado. Hubo una solidaridad europea, y eso se aprecia. También hay mucha crítica de como ha sido todo el proceso, sobre todo los problemas que tuvimos que enfrentar porque no había mecanismos europeos para financiar el programa inicial. Una parte del rescate se hizo con un mecanismo de pagarés, pagando un interés muy alto, de casi el 8%, y eso creó un resentimiento. Hemos superado la situación, pero se ha hecho a un coste muy alto. Ahora hemos llegado a un acuerdo con el BCE para cambiar los pagarés por bonos a largo plazo y eso va a bajar los costes de interés en unos 20.000 millones en unos 10 a 15 años. Ha cambiado mucho el panorama y ha sido fundamental para salir de la situación, además estos días se ha aceptado alargar el plazo para Irlanda y Portugal.
Ha sido muy duro, se ha producido una presión fiscal en los últimos seis años con recortes. El ajuste presupuestario va a ser equivalente al 20% del PIB. Esto ha creado la confianza de los mercados. Y en el ámbito laboral hemos pactado con los sindicatos para reducir los salarios y salvar puestos de trabajo. De todas maneras vamos a perder 40.000 puestos de empleo público. Había 320.000 en el sector público y lo vamos a reducir a 280.000, pero de forma pactada.
eXp.- Esta experiencia en la crisis, les está sirviendo para su presidencia, basada en «estabilidad, empleo y crecimiento»
J.H.- Nuestra experiencia nos parece útil para Europa por eso hemos puesto énfasis en esos tres temas. Primero estabilidad financiera. No vamos a crear confianza sin estabilidad y ahora es necesario tomar decisiones, como la Unión bancaria, establecer un calendario. Hemos de cumplir las decisiones y no dar pasos atrás, porque si no, vamos a perder la confianza que hemos creado. Hay estabilidad en los mercados, dejando a parte la situación de Chipre y en cada país afectado hay un programa que se está cumpliendo y los mercados están respondiendo. Existe una capacidad y una voluntad política de seguir en esta línea para asegurar a los inversores que las deudas se pagan. Este es un tema fundamental, la confianza. De ahí viene la base de un crecimiento y solo así vamos a crear empleo. Esa es la secuencia.
eXp.- Después de esta crisis, Europa ya no va a ser la misma ¿no?
J.H.- Yo creo que el modelo del mundo desarrollado está cambiando y dentro de él, el modelo europeo que está presionado por factores externos muy diversos, en competencia con países emergentes. El coste de nuestro modelo social va a sufrir un impacto muy importante. La creación del euro ha establecido una zona que ha cambiado la Unión; la eurozona, va a tener que tomar medidas e integrarse de una manera más acentuada y rápida que nadie preveía antes de la crisis. El peligro es que está integración crea una fisura con los otros países.
eXp.- ¿Qué repercusiones tendría para Irlanda la salida del Reino Unido de la UE?
J.H.- Este es un debate que nos interesa mucho. Sin involucrarnos en el debate interno de Gran Bretaña, creo que sería catastrófica para Irlanda y para el Reino Unido. Y también para Europa, que perdería mucho con su ausencia, porque ellos aportan un equilibrio, pero también el pragmatismo y la visión mundial que tienen los británicos y que ha ayudado mucho a Europa. Para nosotros sería una gran decepción y nos crearía muchos problemas. Irlanda es un país dividido, no tenemos fronteras físicas y habría que crear una nueva frontera. Irlanda y Gran Bretaña hemos superado en los últimos 40 años, problemas muy complicados en Irlanda del Norte, y hemos mantenido una relación muy avanzada dentro del marco de la UE.
El peligro o el miedo es que la salida de Gran Bretaña crearía otra dinámica en Irlanda del Norte, que es una comunidad que sigue muy dividida. El hecho de que haya un proceso paz no quiere decir que no existan estas divisiones. Con los acuerdos de paz hemos creado un mecanismo para gestionarlo. A eso habría que añadir el referéndum en Escocia, que también sería muy complicado para nosotros, pero Irlanda está a favor de la Unión Europea y eso no lo vamos a cambiar.