Los países del Eurogrupo ceden así a las reivindicaciones de Roma y Madrid para estabilizar la deuda antes de afrontar medidas de crecimiento o de integración europea a medio plazo. Han sido seis horas de negociaciones que acabaron de madrugada, una vez que Monti y Rajoy bloquearon avanzar en otros temas si no se actuaba urgentemente sobre la financiación de los países como asunto prioritario.
La recapitalización directa de la banca española por parte del fondo de rescate significa que los intereses del préstamo no se computarán como déficit y por tanto no afectarán a la deuda. Para que sea posible, se acordará la creación de un supervisor bancario europeo, en el que estará implicado el Banco Central Europeo."Afirmamos que es imperativo romper el círculo vicioso entre bancos y emisores soberanos", dice el comunicado de la eurozona.
De momento, como estaba previsto, el Fondo Europeo de Estabilidad (FEEF) pondrá el dinero, que será transferido al al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) cuando entre en vigor en las mismas condiciones, es decir, sin que el fondo tenga preferencia de cobro ante otros acreedores, un requisito que ahuyentaría a los inversores por la dificultad de recuperar su dinero. «Era uno de los puntos principales en términos de confianza de los mercados en esta operación», ha indicado el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso.
El tercer punto que reclamaban España e Italia también se acepta: que haya un uso flexible del fondo de rescate para comprar deuda de los países que están soportando el ataque de los mercados, siempre que lleven a cabo las reformas comprometidas, pero sin someterse a un plan de ajuste adicional para cumplir los objetivos de déficit.
El presidente del gobierno, Mariano Rajoy, confirmó de madrugada el acuerdo, pero no quiso valorarlo hasta que no haya una comunicación oficial del presidente del Consejo. El primer ministro italiano, Mario Monti, sí ha sido más explícito y ha señalado que ha habido tensión, pero que el resultado «es positivo para la UE y para la eurozona».
El comisario español, Joaquín Almunia, ha calificado de «acierto indudable» la estrategia de los gobiernos español e italiano de presionar conjuntamente al resto de los socios comunitarios, para conseguir sus objetivos. Nada más conocerse el acuerdo, las primas de riesgo de España e Italia bajaban considerablemente y las bolsas se disparaban.