«Principio de acuerdo sobre el Pacto por el euro. Todavía discutimos otras medidas del paquete de reformas». El presidente del Consejo Europeo se apresuró a dar la noticia a través de Twitter. Los 17 jefes de Estado o de gobierno de la zona euro han aprobado su propuesta para reforzar la moneda única consiguiendo unas finanzas públicas sostenibles y una economía competitiva.

«Estos objetivos pueden sonar familiares», dice Herman van Rompuy en un comunicado posterior, «lo que ha cambiado, sin embargo, es el compromiso político. Los jefes de gobierno anunciarán las medidas del pacto que pondrán en práctica en sus respectivos países».

En realidad, se trata del pacto de competitividad que propusieron Alemania y Francia, renombrado después Pacto por el euro por el Consejo y la Comisión Europea, para evitar suspicacias del resto de los socios del eurogrupo.

Las medidas son prácticamente las mismas que exigió la canciller Angela Merkel, a cambio de ceder, como primer contribuyente, a aumentar y flexibilizar el futuro fondo de rescate europeo para países con problemas de deuda: adaptar la edad de jubilación a la esperanza de vida, alinear los costes salariales con la productividad, flexibilizar el mercado de trabajo, poner límites al déficit y a la deuda en las legislaciones nacionales y conseguir una mayor coordinación en el impuesto de sociedades. Sobre este último punto, la Comisión presentará una propuesta legislativa la próxima semana.

El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en una carta dirigida al presidente del Consejo, afirma que acepta ajustar los salarios a la productividad y liberalizar los servicios profesionales, como propone el Pacto. Otras medidas ya están tomadas en España, como el retraso en la edad de jubilación y la reforma del mercado laboral.

Frente a la dureza alemana en las exigencias, el nuevo Pacto fija metas similares pero da libertad a los gobiernos para decidir cómo lo van a conseguir, aunque tendrán que presentar resultados en un año. Los compromisos de los 17 tienen que presentarse en la cumbre del próximo 24 de marzo o en la siguiente reunión, que se celebrará en junio.

En esa cumbre, por tanto, se sabrá lo que el eurogrupo está dispuesto a dar a cambio de fortalecer el Mecanismo de Estabilidad Financiera, que sustituirá al actual fondo de rescate después de 2013 y si se acepta rebajar los tipos de interés que se aplican a Grecia e Irlanda en los préstamos concedidos en su rescate.