«¡Primera derrota para Juncker!», ha publicado en su cuenta oficial de twitter el eurodiputado catalán de los Verdes, Ernest Maragall. Ahora la pelota está en el tejado del presidente Jean-Claude Juncker, que es quien tiene que decidir si sigue los consejos de la Eurocámara y cambia de cartera al húngaro. La decisión de los eurodiputados la deberán ratificar los presidentes de los grupos parlamentarios el próximo jueves. De ser así, el luxemburgués podría arriesgarse y dejarlo en el mismo puesto, pero eso podría significar que el Parlamento votara en contra de todo el Colegio el próximo 22 de octubre.
El Parlamento europeo considera la presidencia de Juncker un logro de la institución, ya que su partido fue el más votado en las últimas elecciones, y por lo tanto no fue escogido a puerta cerrada. Sin embargo, el juego político de estos últimos días entre las audiciones a los candidatos han hecho saltar por lo aires los acuerdos entre los grupos parlamentarios.
Durante su audición, Navracsics intentó distanciarse de las decisiones tomadas por el gobierno de Viktor Orban, quien votó en contra de Jean-Claude Juncker para presidir la Comisión junto con David Cameron. Su gobierno ha sido duramente criticado por las reformas en la Constitución y sus ataques contra la prensa. Así, los eurodiputados han asegurado que las explicaciones de Navracsics no han sido «suficientes».
La liberal Cecilia Vikström, ha recordado que «durante los diversos cargos que ha desempeñado, en todos y cada uno de ellos ha minado los valores europeos». «Simplemente no nos ha convencido su apuesta por el cambio», ha asegurado.
No es la primera vez que algunos candidatos a ser comisarios no pasan el examen. En 2005, en la primera Comisión de Barroso, Rocco Butiglione, candidato elegido por el entonces primer ministro italiano Silvio Berlusconi, no convenció a la Eurocámara. Sus comentarios entorno a la homosexualidad, que consideraba «pecaminosa» o sobre el rol de las mujeres (quienes debían tener un papel de amas de casa) provocó la ira del Parlamento y bajo la amenaza de votar en contra de todo el Ejecutivo, el portugués se vio forzado a cambiar. En 2010, Barroso también tuvo otro disgusto en su equipo. La búlgara Rumiana Jeleva pasó un duro examen en el que se le acusó de mentir en su declaración de intereses. Su escarnio político provocó su renuncia.
La Comisión Juncker está pasando muchos aprietos. Cinco candidatos están en entredicho: Tibor Navracsics (Cultura y Educación), Pierre Moscovici (Economía), el británico Jonathan Hill (que deberá repetir su audición mañana sobre su idoneidad en Servicios Financieros), Vera Jourová (Justicia) y Miguel Arias Cañete (Energía y Acción por el Clima). La Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo ha aceptado finalmente esta tarde la declaración de intereses de Cañete, presentada a pocas horas de su audición a instancias de los socialdemócratas. Así, está a la espera de la votación de mañana de las Comisiones de Industria y Medio ambiente.
El grupo de los Verdes y la Izquierda europea ya han asegurado que votarán en contra del español, la llave la tienen los socialdemócratas, que fueron muy duros en la audición. La pasada semana el líder del PSOE, Pedro Sánchez, aseguró que los socialistas españoles votarían en contra de Arias Cañete.