El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, ha tenido que hacer frente a una oleada de críticas de los eurodiputados, cuando éstos reprochaban que Alemania y Francia esté imponiendo su Pacto de Competitividad a los demás socios comunitarios, ante el silencio de las instituciones europeas.
La semana pasada, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, comparecieron ante los medios, al comienzo del Consejo Europeo, para dar cuenta de su plan, que incluye el retraso en la edad de jubilación, la desvinculación de la subida salarial a los precios y la introducción de límites al déficit en las legislaciones nacionales, entre otros asuntos. Es más, la aceptación por los 27 es la condición de Merkel para acceder a aumentar la dotación del fondo de rescate para países en crisis.
Para Van Rompuy todo eso carece de importancia porque «no existe ningún documento oficial» con el Pacto franco-alemán entregado a los 27. El presidente argumentaba así ante la Eurocámara, mientras el líder del grupo socialista, Martin Schulz, mostraba públicamente el texto del Pacto desde su escaño. «Yo estuve allí y usted, no. No se pusieron propuestas sobre la mesa. Ni de un país, ni de dos. Nada», ha dicho Van Rompuy.
Schulz ha acusado a Alemania de querer «exportar su programa de austeridad al resto de Europa» con medidas que, en su opinión, agravarán la crisis social, especialmente la propuesta de desvincular salarios e inflación.
El presidente del grupo popular, Joseph Daul, más conforme con el fondo de las propuestas, ha criticado, sin embargo, las formas: «debemos discutir sobre todos estos temas sin dar la impresión de que estamos imponiendo». El liberal, Guy Verhofstadt, ha recordado que «el método intergubernamental ya fracasó con el Pacto de Estabilidad» y ha avisado de que condicionar el refuerzo del fondo de rescate a nuevas medidas podría devolver la tensión a los mercados. La portavoz de los Verdes, Rebecca Harms, rechazó igualmente los argumentos del presidente del Consejo y recordó que todo el mundo habla del Pacto franco-alemán sin que se haya oído hasta ahora ni una sola crítica por parte de los líderes de las instituciones europeas.
Van Rompuy ha insistido en que el Consejo no ha recibido ninguna propuesta formal de Francia y Alemania, pero reconoció que hubo conversaciones sobre cómo reforzar el gobierno económico europeo. Asegura que en esa línea, la Comisión Europea elaborará un proyecto concreto que posiblemente se consultará al Parlamento antes de la cumbre de marzo.