La Cámara de Estrasburgo ha aprobado un informe en el que pide la introducción de una tasa sobre las transacciones financieras, que podría recaudar 200.000 millones de euros, una cifra similar a lo que cuestan cada año la evasión y el fraude fiscales.
La idea es recurrente desde que comenzó la crisis financiera. Francia y España hicieron una propuesta similar en la ONU y Alemania se ha sumado después. La cuestión planteada hasta ahora es que la tasa, para que sea eficaz, debe implantarse en todo el mundo. De lo contrario, provocaría una fuga de capitales de Europa.
Sin embargo, el Parlamento aporta nuevos argumentos para que, si no es posible el consenso internacional, la tasa se aplique sólo en la UE. «Un desplazamiento de las transacciones puramente especulativas a otras jurisdicciones no sólo tendría escasos efectos perjudiciales, sino que podría contribuir a aumentar la eficacia del mercado».
La propuesta del Nobel de Economía, James Tobin, rebautizada por algunas ONG como tasa Robin Hood, prevé gravar con un 0,05% las operaciones especulativas y recaudar así hasta 650.000 millones de euros a nivel global.
En otro informe aprobado en el pleno parlamentario, se pide a la UE unafinanciación innovadora, como instrumento de lucha contra el fraude.