El volcán del glaciar Eyjafjallajokull, en el sur de Islandia, ha provocado un caos aéreo en toda Europa. Reino Unido, sobre todo, pero también Bélgica, Holanda, Dinamarca, Suecia, Noruega, Irlanda, Finlandia y el norte de Francia se ha visto afectados por una inmensa nube de cenizas procedente del volcán en erupción. Curiosamente, el aeropuerto de la capital islandesa, Reykiavik, está abierto, protegido por vientos dominantes del oeste.
Por la mañana cerraron los aeropuertos escoceses, más próximos a la nube, pero por la tarde se cerró el aeropuerto de Heathrow, en Londres, el primero del mundo por tráfico internacional, desde donde despegan o aterrizan cada día 1.300 aviones, y el resto de los aeropuertos británicos e incluso su espacio aéreo. También el aeropuerto de Bruselas cerró este jueves, cuando empieza el tráfico intenso del fin de semana, y está previsto que esta noche cierren los dos principales aeropuertos de París, Orly y Charles de Gaulle.
Un portavoz de Eurocontrol, el organismo europeo encargado de la seguridad aérea, considera que este jueves se habrán cancelado unos 5.000 vuelos de los 28.000 que operan a diario en Europa.
La nube de cenizas no es tóxica, pero provoca problemas de visibilidad y, sobre todo, puede afectar a los motores de los aviones. La situación podría prolongarse en función de la dirección de los vientos que empujarán la nube. Los meteorólogos calculan que se desplace hacia el Nordeste de Europa, pero no se sabe si perderá o no intensidad.
La cancelación de vuelos en Reino Unido ha afectado de forma importante a los aeropuertos españoles, donde cientos de turistas no han podido regresar de sus vacaciones. Se han cancelado casi 500 vuelos.
En Islandia, la erupción del volcán ha provocado graves inundaciones por el impacto de la lava sobre el hielo y 800 personas han tenido que ser evacuadas.
