Erradicar la pobreza extrema y el hambre es el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM). Con la fecha límite de los ODM estamos a menos de 500 días de esa fecha, tenemos que mejorar nuestro papel.
Ya en 2009 el número de personas hambrientas en el mundo alcanzó la crítica marca de mil millones de personas. Desde entonces, este número se ha reducido a 805 millones, lo que significa que afecta a una de cada nueve personas en el mundo. Pero no podemos olvidar que todavía hay 805 millones de hambrientos. Las cifras muestran que la comunidad internacional -incluida la UE- va en la dirección correcta.
Europa está ayudando a alimentar a los hambrientos del mundo y les ayuda a alimentarse por sí mismos: a través de la generosidad de nuestros ciudadanos; a través de la creación de vínculos más fuertes entre nuestra ayuda, la rehabilitación y la ayuda al desarrollo; a través de nuestras asociaciones con organizaciones como UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos, la Agricultura y la Alimentación y otros cuya misión es acabar con el hambre.
Estamos tomando medidas en el frente político, asegurándonos de que la UE hable con una sola y decisiva voz en la escena internacional, y trabajando para maximizar el valor de cada euro que gastamos en nuestra lucha contra el hambre.
La Unión Europea seguirá desempeñando un papel de liderazgo en la seguridad alimentaria y la nutrición. Para los millones de niños menores de cinco amenazados por la desnutrición, a los afectados por los conflictos en Siria, la República Centroafricana, Sudán del Sur, Malí o Somalia, para aquellos cuyos medios de vida se toman lejos de ellos por el creciente impacto del cambio climático.
Tenemos que hacer más, y lo haremos. En los próximos siete años, la seguridad alimentaria, la nutrición y la agricultura serán una prioridad en nuestra cooperación con más de 60 de países con los que estamos asociados.
Esto significa centrarse en las mayoría de esos países, utilizando los mecanismos de financiación más eficaces para reducir la mortalidad relacionada con el hambre y la desnutrición, tales como el Mecanismo Alimentario de la UE de la que casi 60 millones de personas ya se han beneficiado. También necesitaremos promover el desarrollo agrícola sostenible, y aumentar la resistencia de los más vulnerables en la a largo plazo en las iniciativas SHARE y AGIR.
La erradicación del hambre es una lucha que podemos y debemos ganar.
* Andris Piebalgs es comisario de Ayuda al Desarrollo y Kristalina Georgieva de Ayuda Humanitaria