La economía griega, bajo vigilancia

Las cuentas públicas griegas van a estar sometidas a una estrecha vigilancia en los próximos años. La Comisión europea ha aprobado el programa de estabilidad del gobierno de Atenas pero, por primera vez, ha establecido medidas de control para que el saneamiento de la economía siga el camino previsto.

Rebajar el enorme déficit público griego es el principal objetivo. Pero no sólo Grecia ha sobrepasado en mucho el límite permitido por la UE. El comisario Joaquín Almunia ha advertido de que España, Portugal y otros países de la zona euro comparten los mismos problemas.

Joaquín Almunia, comisario europeo de Asuntos Económicos

La Comisión europea ha respaldado el plan griego de saneamiento de sus cuentas públicas pero además ha tomado una decisión sin precedentes: si hay desviación, se añadirán medidas correctivas. No son sólo amenazas. Se ha establecido un calendario para examinar la evolución del plan cada tres meses.

«Es la primera vez que establecemos un sistema permanente de control, pero es necesario dadas las circunstancias», ha dicho el comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, quien la próxima semana dejará la cartera para pasar a la de Competencia.

Grecia vive su peor crisis en los últimos 30 años, con una deuda pública del 113% del PIB y un déficit del 12,7 %. El gobierno del socialista Papandreu presentó un duro plan de ajuste el pasado 15 de enero con el compromiso de volver a tener un déficit público del 3%, como exige el Pacto de Estabilidad, en 2012. Para conseguirlo prevé la congelación de salarios a los funcionarios, el aumento de la edad de jubilación y un aumento de impuestos, entre otras medidas que ya están provocando una oleada de protestas en el país.

Además la Comisión ha abierto a Grecia un procedimiento de infracción por no haber enviado a la UE estadísticas presupuestarias fiables.

Pero no sólo Grecia aparece hoy con un manchón en su estabilidad y fiabilidad. El comisario Almunia ha dicho también que España, Portugal y otros países de la zona euro tienen problemas parecidos. No sólo de abultado déficit, sino también de competitividad y de necesidades de financiación exterior. euroXpress