Merkel sigue con la austeridad por divisa. En un congreso regional de su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), ha pedido que «aguanten la respiración durante cinco años o más» y ha instado a los jefes de Estado y de gobierno de la UE a que sean rigurosos a la hora de poner en marcha los ajustes y las reformas a los que se han comprometido para «convencer al mundo de que es beneficioso invertir en Europa».
Tras dejar claro que consumimos demasiado aire se dispone esta semana a convencer a sus socios de la UE a que dejen el veto aparte y no se levanten de la mesa de negociación en el próximo Consejo extraordinario en el que se discutirá el presupuesto plurianual de la UE.
«El Reino Unido es un valioso socio, con el que compartimos muchos puntos de interés», ha dicho el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, cuando ha anunciado el viaje de la canciller, Angela Merkel, a Londres para el próximo miércoles.
Una reunión de trabajo y una cena conforman el programa dentro de las «intensas negociaciones» que la canciller llevará a cabo para tratar de evitar el veto a los presupuestos plurianuales de la UE.
La contribución neta de Reino Unido en 2011 a la UE fue de unos 11.408 millones de euros. Su primer ministro, David Cameron, ha dicho que su país tendrá la actitud más dura de su historia en la negociación de estos presupuestos para 2014 - 2020.
Antes de Londres, Angela Merkel habrá pasado por el Parlamento Europeo donde pronunciará un discurso. Es muy probable que les diga a los europarlamentarios que se olviden de aumentar el presupuesto, que es lo que estos están pidiendo a la Comisión Europea. Y desde luego nein a la idea de ejercer su poder de veto, como recordaba el pasado jueves el presidente de la institución, Martin Schultz.
Seibert no ha dicho si dentro de la «intensa» actividad de Angela Merkel está incluida Francia, otro país que amenaza con vetar los presupuestos, en este caso si disminuyen las ayudas de la PAC. Polonia tampoco quiere que se toquen los fondos que ella recibe con generosidad y de los que depende para su desarrollo económico. Por su parte Dinamarca quiere una rebaja a su aportación similar a la que han negociado Gran Bretaña, Alemania, Suecia, Holanda y Austria.
Un tablero complicado que Angela Merkel confía dominar. En una comparecencia el pasado viernes con el primer ministro irlandés Enda Kenny, que tendrá mucho que ver en los presupuestos ya que asume la presidencia de la UE el próximo 1 de enero, quitó importancia a las posibles tensiones diciendo que forman «parte de las negociaciones».