Hablamos con Scott Hillier, director y realizador de cine y documentales, preside el Festival Europeo de Cine Independiente, el ÉCU-Festival
Scott Hillier es un «narrador de historias». Storyteller es la palabra que él mismo emplea en un inglés que derrocha a la velocidad de la luz. Sus ojos también se mueven rápido, como sus manos. En pocos segundos uno sabe que está delante de una de esas personas en actividad constante, con la mente siempre puesta en el siguiente proyecto. En medio de la charla, le suena el móvil, se disculpa pero es urgente. Son los preparativos para su próximo viaje a Libia. Allí le espera una nueva historia, la de Mansur Kikhia, contada por su hija. Kikhia fue ministro de Exteriores de Gadafi en los años 70, pero en los 80 se pasó a la disidencia, hasta que un día, hace veinte años desapareció sin dejar rastro.
Para Hillier hacer películas y documentales es un trabajo, una pasión y la principal fuente de financiación del Festival Europeo de Cine Independiente que puso en marcha hace siete años y que entre el 30 de marzo y el 1 de abril próximo tendrá lugar en París. Aunque su sueño es que algún día pueda ser un festival itinerante por Europa, con Barcelona, asegura, como primera parada. En estos años no han conseguido financiación por parte de las instituciones europeas o francesas. Puede que porque «no hayamos tocado a la puerta adecuada» se pregunta, pero los que sí acuden a Hillier son los centenares de jóvenes directores que cada año participan en el ÉCU Festival, que poco a poco se ha hecho una plaza en el panorama del cine independiente mundial.
Nacido en Australia, has trabajado para la BBC, National Geographic, HBO, en 2003 el documental Twin Towers, del que fuiste director de fotografía, ganó un Oscar. Hace siete años decides crear un Festival Europeo de Cine Independiente en París, donde ya llevabas varios años afincado. ¿Cómo surgió la aventura?
Scott Hillier.- Sí que fue una aventura. Cuando volvimos de Nueva York, después de que Twin Towers ganara el Oscar, continué con mi trabajo, viajando por el mundo haciendo documentales, y una vez al mes dando clases en una escuela de cine aquí en París. Al final del curso vimos todas las películas de los alumnos y les pregunté, «¿qué hacéis con ellas? ¿Las enviáis al Festival Independiente de Sundance, o qué? Y me dijeron que no y que tampoco había una versión europea del Sundance. Me pareció una lástima. Yo entonces como ahora seguía con mis películas y en Cannes, hablé con algunas personas del Festival me decían que si mi nombre no era conocido entonces mi película no valía nada, sin verla. Entonces pensé que sería una buena idea poner en marcha un Festival Europeo de Cine Independiente, porque el hecho de ser la mejor película de cine independiente europeo abriría la puerta a los directores independientes para poder seguir haciendo su trabajo. Y eso es lo que queríamos con el Festival, conseguir una audiencia para esas películas independientes que de otra manera no las vería nadie.
eXp.- Cómo director de cine independiente, ¿cuáles son las mayores dificultades con las que te has encontrado?
S.H.- Hay personas que creen que porque una película sea de pequeño presupuesto o autofinanciada, automáticamente tiene que ser mala. Pero no es cierto porque no hace falta mucho dinero para hacer buen cine, por supuesto que el dinero ayuda pero se pueden contar grandes historias con poco dinero. Hay muchísimas películas muy malas a pesar de que cuestan mucho dinero. La diferencia está en que cuando utilizas tu propio dinero, o dinero que te prestan, tienes que ser creativo a la fuerza. Las películas que participan en el ÉCU Festival son independientes, no están hechas con dinero de grandes compañías o canales de televisión. Son películas diferentes, puedes ver la pasión con las han sido hechas, la pasión con la que han querido contar tal o tal historia. Los humanos llevamos miles de años narrando historias, algunos lo hacen bien, otros mal, pero lo importante es encontrar tu propia voz como narrador de historias, y por supuesto lograr una audiencia que te permita seguir haciendo películas.
eXp.- Poner en marcha el Festival no sería fácil.
S.H.- Todo el mundo, todos, me dijeron que era imposible, que primero tenía que conseguir la financiación. Pero he trabajado diez años como reportero de guerra. Trabajar en Bosnia fue difícil, en Chechenia fue muy difícil, pero no fue imposible. Hay algo que uno no puede hacer, cirugía por ejemplo, eso es imposible, pero hay muchas cosas que aunque sean difíciles no son imposibles. Así que cada vez que los propietarios de salas de cine o los patrocinadores me decía que era imposible, yo decía, lo haré, lo conseguiré. y no me importa si lo tengo que hacer en mi casa con un grupo de amigos y dos botellas de vino. Como sea haré un Festival Europeo de Cine Independiente y que podamos premiar al mejor director de cine europeo independiente porque creo que es necesario. La primera edición fue muy difícil. Hablé con más de veinte personas, propietarios de salas que me preguntaban por los actores, personas que no entendían el concepto, que una buena película es contar una buena historia. Tuve mucha suerte conocí a un propietario que le interesaban los documentales y que milagrosamente tenía una fecha disponible, así que nos lanzamos. Se proyectaron una treintena de películas y tuvimos una buena audiencia, fue un éxito.
eXp.-¿Cómo lográis financiar el festival?
S.H.- Mi financiación personal. Los directores que nos envían sus películas pagan una tasa de participación y con ese dinero tenemos para pagar el coctel del primero de los tres días que dura el Festival.
eXp.-Y para quienes ganan el Festival, ¿el premio no es económico?
S.H.- El premio es el reconocimiento. Que te elijan mejor director europeo de cine independiente. Este no es un Festival de alfombra roja, en este festival son los directores los que importan, ellos tienen la oportunidad de verse, de intercambiar opiniones, porque después de cada proyección hay un debate con el director. El jurado del Festival está compuesto por sesenta personas de todo el mundo con los que hacemos la selección de películas. A ese jurado se suman los directores que han ganado las ediciones precedentes y funciona muy bien porque tienen la sensibilidad necesaria para seleccionar las mejores películas. Financieramente es muy difícil, me supone un gran esfuerzo pero es a la vez una gran satisfacción porque hacemos un gran trabajo.
eXp.- ¿Qué supone para un director independiente ganar el Festival?
S.H.- Primero la satisfacción personal de ganar y después la visibilidad de tu trabajo. La película ganadora del año pasado, 27 m2, de Gabriella Cserhati y Fabien Lartigue, fue proyectada en once países gracias al acuerdo que el Festival tiene con propietarios de salas por el mundo que apuestan por el cine independiente europeo. Además sus directores han sido invitados a festivales en Italia, en Grecia,... Han conseguido financiación, inversores para sus nuevos proyectos, ese es el resultado práctico de ganar el ÉCU Festival.
eXp.- Después de siete años al frente del ÉCU Festival, ¿puedes decir que hay un cine europeo independiente, con una mirada europea, una forma europea de hacer cine?
S.H.- Los europeos entre sí pueden ser muy diferentes de un país al otro. Además todos hemos crecido viendo películas inglesas y sobre todo estadounidenses. Pero en estos siete años he visto que los directores europeos son distintos, tienen una forma diferente de pensar. Está claro que un griego es distinto a un noruego o a un italiano, y esas diferencias son enriquecedoras, pero tienen en común que sus películas son muy distintas a las estadounidenses. Son películas que no tienen por qué tener un final feliz o un final predecible. En Estados Unidos tienes que hacer películas que hagan ganar dinero y lo sé porque he trabajado allí, y para eso tienes que entrar en el patrón preestablecido porque si no, no logras audiencia. Es cierto que en Estados Unidos hay cine independiente y la diferencia es que allí no es tan difícil conseguir financiación como en Europa, pero allí no intentan buscar el máximo de las posibilidades de la historia, como por ejemplo dejando preguntas en el aire al final. En Europa, a la audiencia europea no tienes que explicarle todo en la película, puedes dejar cuestiones en el aire, y así la película al final no te deja indiferente. En el ÉCU Festival nunca verás a los espectadores saliendo en silencio de la sala, siempre salen charlando sobre la película, siempre hay una reacción, una discusión. Esa es básicamente la diferencia del cine europeo, es que no te deja indiferente.
eXp.- ¿Cuál es la aportación más importante del ÉCU-Festival?
S.H.- Cambiar la vida de la gente, permitirles a los directores existir como tales, que puedan seguir haciendo cine, que sigan teniendo esperanzas y ganas de contar historias. El mejor momento del Festival para mí es la respuesta de los directores, cuando al final del Festival después de ver la selección y los premiados vienen y me dicen «Scott, excelente trabajo». Ellos saben que yo no soy un embaucador, que no tengo dinero, saben que no les voy engañar. Las películas que proyectamos son realmente independientes, miramos si los directores son realmente independientes, que su trabajo sea de calidad porque tenemos una reputación de calidad que no podemos perder. El momento más excitante es cuando al terminar una proyección ves la mirada del director cuando toda esa gente, otros directores, el público se acercan para hablar con él, para comentar la película.
eXp.-¿Ha habido momentos en los que has estado tentado a tirar la toalla?
S.H.- Sí, sí que los ha habido, pero soy uno de esos locos que cuando creen que tienen que hacer algo lo hacen. Hace tres años, mi socio, una persona joven, falleció de cáncer. Era el momento de la crisis financiera internacional, no había dinero, teníamos que pagar el hospital, fue muy duro. Entonces sí que pensé en dejarlo, pero ese mismo día me dije no, hay que seguir. Es duro pero hay que hacerlo. Creo en esto y lo seguiré haciendo. Los directores lo saben y por eso confían en mí. Saben que hay una recompensa aunque no sea económica. Pero por ejemplo uno de nuestros directores ha estado nominado para un Oscar, otros han estado en los Premios Bafta (British Academy of Film and Television Arts). Son directores a los que nosotros hemos ayudado.
eXp.- ¿El Festival Europeo de Cine Independiente no tiene ninguna financiación pública?
S.H.-Ojalá tuviéramos el apoyo de las instituciones europeas, personas que crean en nosotros y en lo que hacemos pero parece que no están interesados. Hay una cantidad enorme de directores independientes, jóvenes algunos y otros no tan jóvenes, que realmente se sienten rechazados. Ellos no saben cómo poder llegar a la Comisión Europea, son solo directores, narradores de historias, que no saben cómo lograr financiación de esas autoridades pero a pesar de ello van a seguir haciendo su trabajo. Si las instituciones ayudasen a estas personas a seguir contando sus historias, en las que ponen el alma, creo que estarían contribuyendo a la mejora de la Unión Europea. Sería sentirse orgullosos de los realizadores, los directores europeos. Europa además en estos momentos atraviesa una dura crisis y en tiempos de crisis el público se queda más en casa y ve más cine, películas, documentales, ven más Youtube. Nosotros podríamos contribuir. Tengo un archivo de 5.000 películas que nunca han sido proyectadas fuera del Festival, ¿por qué no exhibirlas en internet? Yo por mi cuenta, con mi propio dinero he creado un canal europeo de cine independiente, para mostrar lo que los directores europeos independientes están haciendo. Todos conocen Sundance, los festivales independientes de Estados Unidos, con Robert Rodriguez o Quentin Tarantino, pero ¿dónde están los directores europeos? Yo lo sé, están en mi biblioteca y nadie los ve. Necesitamos apoyo para poder enseñar todas esas películas, para enseñárselas al mundo. La pregunta que más me hacen en todos los festivales es «¿cómo puedo volver a ver esta película? ¿Cómo puedo enseñársela a mi familia o a mis amigos?». No se puede. Por eso he creado esta página de internet que es muy pequeña, sin apoyo financiero pero ahí está para las personas que buscan algo distinto y de calidad.