El Fondo Monetario Internacional (FMI) alerta en su informe semestral de fiscalidad de la elevada deuda pública de las economías avanzadas, que alcanzará un máximo histórico en 2013-2014. España e Irlanda tendrán problemas con su deuda, la irlandesa estima el FMI que llegará a rozar el 176 % del PIB en 2014 y la española que llegará al 99 %.
La institución internacional sugiere que algunos países europeos deberían considerar aflojar sus medidas de austeridad que España, pone como ejemplo, está cumpliendo a rajatabla para poder comenzar a crecer.
El FMI sugiere a algunas economías avanzadas, como Estados Unidos y Japón, pero también España que pueden subir algunos impuesto y eliminar exenciones.
Una buena opción a juicio del FMI es subir el impuesto a las propiedades y a los más ricos.
A España le recomienda que aproveche «el potencial de los impuestos indirectos». Una de las medidas que sugiere es que suba el IVA. Michael Keen director de asuntos fiscales del FMI, ha dicho que España «no ha recurrido demasiado al impuesto del IVA» para recaudar más, así que todavía está a tiempo de hacerlo.
Keen cree que España es uno de los países que pueden aumentar los impuestos a los que más ingresan y ha recordado que con los ajustes ha crecido la desigualdad entre la población y que muchas empresas se las arreglan para maquillar sus ingresos y pagar menos impuestos. Un problema que se debe subsanar.
Por su parte, la subdirectora del Departamento de Finanzas Públicas del FMI, Martine Guerguil, ha incidido en que «España y, en cierto modo Francia, pueden relajar el ritmo del ajuste» aunque no pararlo del todo.
Según el informe del FMI, las medidas tributarias que se han adoptado desde el comienzo de la crisis financiera mundial no se pueden calificar de muy buenas. «Los criterios de conveniencia han ocupado el primer plano, y las autoridades con mucha frecuencia han transgredido los principios bien establecidos de que deberían ampliarse las bases antes de elevar las tasas», ha señalado Keen.
Aunque, señala, que algunos países que han gravado a los bancos han conseguido avances.
Una conclusión del informe es que los impuestos sobre la propiedad siguen siendo muy bajos en muchos países, cuando -dice- a menudo pueden ser más favorables al crecimiento, y más progresivos que otros gravámenes.
Reconoce el FMI que estos momentos de ajuste y de lento crecimiento no son buenos para reformas tributarias. Aún así lo aconseja junto con una buena política de información para que los contribuyentes confíen en que su dinero se utilizará adecuadamente, «lo que requiere implementar reformas eficaces para aumentar la eficiencia del gasto».