El portavoz de Asuntos Económicos de la Comisión, Amadeu Altafaj, ha dicho que Bruselas confía«en que habrá una continuidad total no sólo en las operaciones sino en los procesos de decisión del FMI... Quiero tranquilizar a la opinión pública, a los mercados y a la prensa. No hay duda ninguna: las decisiones que están en marcha no se verán afectadas y esto no tendrá impacto en los programas aplicados». El ejecutivo comunitario elogia al número dos del Fondo, John Lipsky, que se hará cargo de la entidad monetaria de forma inerina, como un economista preparado que conoce bien Europa.
El comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier, tampoco cree que el caso tenga repercusiones en los asuntos europeos: «La justicia americana debe hacer su trabajo respetando los derechos de todas las partes. El FMI ha garantizado a todos sus socios, y Europa es el primer socio del FMI por nuestra contribución, la continuidad de su acción y eso es lo importante».
Barnier piensa que, si como todo parece indicar, Strauss-Kahn tiene que dejar el cargo, Europa no perderá influencia en el Fondo Monetario Internacional. El comisario ha dicho que «lo que no cambia es que Europa es el primer accionista del FMI».
La vicepresidenta económica del gobierno español, Elena Salgado, ha pedido que se respete la presunción de inocencia de Strauss-Kahn y también se ha mostrado convencida de que su detención no tendrá impacto sobre los rescates de Grecia, Irlanda o Portugal. «Es evidente que el señor Strauss-Kahn tiene una personalidad fuerte. Ha sido, es, una persona muy importante en el contexto internacional, pero el Fondo Monetario está bien organizado y por lo tanto los trabajos, como el propio Fondo se ha encargado de decir, siguen en marcha».
En Francia, el asunto se ve como un verdadero escándalo con diferencias de opiniones entre las críticas más severas de sus detractores, que creen que su imagen, esposado en Nueva York, daña la imagen de Francia y quienes ven un complot en la acusación para eliminar al rival con más posibilidades para sustituir a Nicolas Sarkozy en la presidencia francesa.